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 domingo, 30 de octubre de 2005  
Sectores. A tres meses del aumento de los derechos de exportación se reanudan los reclamos de toda la cadena
Lácteos: vuelve la batalla por las retenciones
Los tamberos aseguran que la medida no sirvió para bajar los precios en góndola y piden revisarla

Patricia Martino / La Capital

Hace tres meses el gobierno pensó que subiendo las retenciones al sector lácteo se desalentaría la venta a los mercados internacionales, la producción se volcaría a la plaza doméstica, la escalada de precios en las góndolas frenaría y el temible fantasma de la inflación volvería a su refugio porque algunos de los productos más importantes de la canasta familiar estarían contenidos.

Todo comenzó cuando tras el breve período de estabilidad conseguido a través del acuerdo que rigió entre el gobierno y la industria láctea entre abril y junio de este año, los precios comenzaron a despertarse. Los empresarios culparon al aumento de los costos y enfocaron su dardos sobre los aumentos salariales otorgados por el sector, del orden del 50%. Pero el Palacio de Hacienda no cedió y el 26 de julio dispuso el aumento de los derechos de exportación, del 5% al 15% para la leche en polvo y del 5% al 10% para los quesos. La medida fue implementada por 180 días, con una cláusula de revisión a los 90.

Transcurridos los primeros tres meses, el secretario de Agricultura de Santa Fe, Daniel Costamagna, abrió el fuego con una nota al ministro de Economía, Roberto Lavagna, para solicitarle la revisión de la medida. La provincia exporta aproximadamente el 50% del total del país y en su territorio están radicadas las principales plantas que operan en el mercado externo, lo cual explica que el peso de esa deducción en la economía regional.

Sobre el fin de semana, el guante fue recogido por la Mesa Nacional de Productores de Leche y el Centro de Industrias Lecheras, que repitieron el pedido pero reclamando directamente la eliminación de las retenciones.

Guillermo Gianasi, de la comisión de lechería de la Federación Agraria Argentina (FAA), indicó que "el requerimiento fue unánime porque el aumento de las retenciones se instrumentó para que los precios al consumidor dejaran de subir, cosa que no ocurrió".

El aumento de las retenciones a la exportación de productos lácteos fue precedida de una dura discusión no sólo entre el gobierno y el sector, sino al interior mismo de la cadena. La escasez de materia prima, la guerra de precios entre las industrias para asegurarse el abastecimiento, la batalla entre "polveros" y "queseros" y las diferencias entre las empresas que operan mayoritariamente en el sector interno y las que tienen mayor perfil exportador llevaron incluso a que alguna que otra firma se anticipara a la decisión de Economía pidiendo una regulación de las exportaciones.

A partir de allí, la percepción entre tamberos e industriales fue que el aumento del impuesto estuvo menos orientado a bajar los precios en góndola que a arbitrar en los conflictos entre los distintos actores de la cadena.

Fundamentalmente, el gobierno logró "planchar" los valores pagados a los tamberos y cortar el ingreso de nuevos operadores al mercado de exportación de leche en polvo, a quienes ubicó como responsables de la guerra de precios desatada en el sector.

En plena primavera, y su consiguiente aumento en la oferta de leche, hoy la situación es distinta. En los últimos meses, las operaciones con pequeños márgenes de ganancias quedaron relegadas y se estima que mayor producción se está destinando al mercado interno, lo cual presionaría a los precios a la baja. Esto se está viendo en este tiempo en los valores de algunos tipos de quesos puestos en góndola.

Los tamberos, que en momentos de escasez vieron como el gobierno limitaba a través de las retenciones la posibilidad de captar mayores subas, ahora absorben de lleno la caída estacional.

En ese sentido, Gianasi señaló que en todo el país "los precios al productor bajaron" y actualmente oscila entre 48 y 52 centavos el litro según la región.

"El aumento de las retenciones no dio resultado porque las grandes cadenas de supermercados cobran precios muy altos a los consumidores", dijo y agregó: "No se entiende cómo un productor cobra 50 centavos el litro de leche en el súper está a $1,80".

Se estima que el año cerrará en todo el país con una producción anual del orden de los 9.300 millones de litros de leche. En Santa Fe, de enero a septiembre la producción ascendió a 1.900 millones de litros, un 5% más que el mismo período del año anterior. Pero la demanda sigue firme, por la exportación pero también por la recuperación del consumo interno.

Jorge Giraudo, gerente de Relaciones y Comunicaciones de Sancor, explicó que el aumento de la demanda desencadenó la llegada de nuevos actores y eso generó una fuerte puja para conseguir la materia prima. Si bien desde el sector se advierte que la salida es aumentar la producción, el cambio de escenario que trajo el aumento de las retenciones frenó los proyectos de inversión previstos para el sector.

El productor Roberto Socin contó que varios inversores extranjeros frenaron sus planes en el país por el cambio en las reglas de juego. "Estamos al límite, se están perdiendo mercados por falta de competitividad y la baja de los precios incentiva al productor a hacer menos leche", aseguró.

Respecto a las retenciones, Giraudo indicó que si se esperaba la llegada de la estacionalidad la medida tal vez hubiese dado resultado. "La medida se tomó en julio y la baja de precios no se produjo", dijo. Se cree que, más allá de los reclamos, Economía no revisaría el aumento de las retenciones hasta enero. Por cuestiones de estacionalidad, tomar esa medida en ese mes podría derivar en un "recalentamiento de precios por la baja de la producción", advirtió Giraudo.

El directivo propuso, además de fomentar el incremento de la producción, reemplazar las retenciones por algún mecanismo de control que premio el volumen producido. Piensa en una réplica del sistema de past performance que se aplica a las exportaciones de la industria frigorífica.

El secretario de Agricultura de Santa Fe sostiene que "el sector tiene una rentabilidad aceptable pero se están prendiendo algunas luces amarillas por el incremento de las retenciones".
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Las medidas adoptadas no satisfacen a los tamberos.

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