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 miércoles, 12 de octubre de 2005  
Una cara visible de la ley federal

Si bien la renuncia de Carola Nin a la titularidad de la cartera educativa santafesina era una posibilidad que se mencionaba cada vez que el conflicto docente se hacía sentir con fuerza, nunca había pasado de la categoría de un rumor. Quizás por esa razón fue que su salida del ministerio sorprendió sobre todo a sus colaboradores, que se enteraron al ritmo de las noticias.

Es que la ex ministra, que llegó al cargo de la mano del diputado Marcelo Gastaldi, contaba con el apoyo total del gobernador Jorge Obeid y hasta la "bendición" de la cartera educativa de la Nación. Sin embargo, su paso por el ministerio demostró que ni estos avales ni las buenas intenciones alcanzan para gobernar la educación santafesina: largos y viejos reclamos gremiales y un conflicto llevado al extremo pudieron más que la decisión oficial de quitar el presentismo, sacar la administración de los comedores escolares a los directores -una medida aún inconclusa- y devolverlos así a su función estrictamente pedagógica; o que el anuncio de la realización de un congreso pedagógico que concluyera en una ley de educación para la provincia.

Y, a decir verdad, los docentes y maestros nunca terminaron de asimilar que la ministra careciera de "la experiencia que dan las aulas o las escuelas", más allá de que provenía del ámbito educativo.

La tenacidad de la demanda de Amsafé y la idea de que el conflicto persistirá pueden explicar por qué se eligió para suceder a Carola Nin a Adriana Cantero, una figura que proviene del sector privado de la educación y claramente identificada con la ley federal.

Cantero mostró en los años que estuvo al frente de la Dirección de la Región VI de Educación (1996-2000) un manejo fuerte y decidido con el gremio de los docentes, pero también un apego especial a la reforma implementada con la ley federal de educación.

La flamante funcionaria llegó por primera vez a un cargo de funcionaria provincial en 1996, de la mano de la entonces ministra María Rosa Stanoevich, quien la llamaba "mi polla", ya que había sido su alumna en la escuela secundaria y el profesorado. Según contaron en su momento los allegados al ministerio, el tiempo, luego, las pondría en posiciones diferentes.

Pero Cantero resistió la llegada del nuevo gobierno. Cuando Obeid terminó su primer mandato y fue el tiempo del segundo gobierno de Carlos Reutemann siguió en el cargo de delegada regional, primero con Gualberto Venesia y luego con Alejandro Rébola.

Fue justamente este último ex ministro quien le pidió la renuncia. Es que en ese momento llovían las críticas a Adriana Cantero por haber designado a familiares y amigos para trabajar en el Censo de Evaluación de la Calidad Educativa, una tarea puntualmente rentada. En ese momento (La Capital 24/10/2000) se difundió que habían sido contratados la hermana, los hijos, una sobrina y la secretaria de la ahora flamante ministra de Educación.

Por otro lado, también suma al currículum de Cantero un fuerte trabajo en el área de educación especial, una función que hasta ayer la desempeñaba como supervisora en la Regional VI y donde según comentan muchos docentes cosecha por su tarea muchos elogios.

Pero, a decir verdad, las anécdotas y hechos sirven por ahora para dar un leve perfil de la nueva ministra. Porque en realidad lo que debe seguir preocupando es cuál es el proyecto educativo que se maneja para la provincia, algo que todavía sigue siendo una discusión pendiente.

Preocupa entonces que la llegada de un nuevo ministro repita una historia conocida por la docencia y los alumnos, y es la que se inaugura con cada nuevo funcionario que llega con su propio proyecto bajo el brazo, y que, bueno o malo, borre lo hecho, baje con nuevas líneas a las escuelas, pero sin modificar los problemas de fondo e históricos de la educación provincial.

Habrá que ver ahora qué pasa con la vergüenza de los salarios en negro, las condiciones de los edificios escolares, la cantidad de horas de clase no cubiertas en las escuelas, los subsidios al sector privado de la educación, y por supuesto habrá que realizar una revisión exhaustiva sobre qué es la calidad educativa.
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