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 sábado, 02 de abril de 2005  
Dato certero. Cuatro hombres armados y encapuchados asaltaron un galpón de Perú al 100, en barrio Belgrano
Bajo la lluvia, se llevan 5 mil pesos de una distribuidora de Coca Cola
Los ladrones hicieron tirar al suelo a unas 12 personas. Y tomaron la plata de una caja en la administración

A las 14.30 de ayer, mientras una lluvia torrencial se abatía sobre la ciudad, en el barrio Belgrano un grupo de operarios cargaba en los camiones bajo el agua mezclada con granizo cajones de gaseosas de Coca Cola para transportarlos a diferentes puntos de la ciudad. Los trabajadores no tuvieron tiempo de reaccionar cuando advirtieron a los cuatro hombres armados que irrumpieron en el galpón desplazándose con energía: en escasos diez minutos inmovilizaron a los empleados y se llevaron cinco mil pesos.

La planta de distribución de la firma Coca Cola está situada en Perú 110, donde la calle se cruza con un camino de tierra plagado de objetos abandonados. Desde allí salen los diferentes fleteros con el cargamento de gaseosas hacia los puntos de venta. Previamente los choferes reciben la carga en el predio de elaboración de la firma multinacional ubicado en Casilda y Brasil. El local de la calle Perú es un galpón amplio con techo de cinc y paredes de material. En la planta alta están ubicadas las oficinas de administración.


El portón abierto
El encargado de mantenimiento, Miguel Angel Ojeda, con un overol manchado de grasa, reparaba un vehículo sobre uno de los costados del tinglado cuando ayer a la tarde arribaron los maleantes. A pocos metros un compañero de trabajo pintaba la cabina de un camión. Junto a ellos estaban otros once empleados de mantenimiento y de administración distribuidos entre el tinglado y la planta alta. El portón con cerradura eléctrica estaba abierto porque los operarios en ese momento se ocupaban de entrar unos chasis estacionados en un galpón ubicado enfrente.

"Redujeron a todo el personal y nos llevaron a una oficina donde se atiende a los choferes. Después forzaron la puerta de administración y se llevaron la plata", explicó.

Los ladrones -según los testigos de entre 20 y 30 años- con sus rostros cubiertos con pasamontañas, desenfundaron pistolas 9 milímetros, pero en ningún momento tuvieron gestos cruentos. Aunque nadie fue lastimado, las víctimas observaron desde el suelo cómo los malhechores consumaban el atraco, dando la orden de que no los mirasen a las caras. Parecían conocer, según dijo, los movimientos de la firma. "Hubo una entregada", aseguró.

Sin imprevistos, uno de los intrusos se dirigió hacia la parte trasera del galpón y subió por una pequeña escalera hacia la administración. Allí recogió una pequeña caja fuerte de metal, donde estaban guardados los cinco mil de la caja chica. "Acá no manejamos mucho dinero, porque a los empleados se le paga por cajeros automáticos", dijo el encargado. Diez minutos después, con el botín en su poder, los maleantes desaparecieron en un Fiat Duna o Regatta de color crema.
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Miguel Ojeda, de mantenimiento, fue encerrado en una oficina.


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