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 sábado, 02 de abril de 2005  
Eutanasia. El caso que sigue conmoviendo a Estados Unidos
La muerte de Terri Schiavo no puso fin a las agrias disputas familiares
Su viudo quiere que los restos sean incinerados y sus padres que el cuerpo reciba cristiana sepultura

Pinellas Park (EEUU). - El fallecimiento de la estadounidense Terri Schiavo, ocurrido el jueves tras quince años en estado vegetativo y siete de una enconada polémica legal, no ha puesto fin a las disputas entre su viudo y sus padres. Terri murió a los 41 años tras ser desconectada hace dos semanas por orden judicial del tubo que la alimentaba y su cadáver será devuelto ayer a su viudo, Michael Schiavo, tras practicarle una autopsia.

Michael Schiavo, quien siempre defendió el deseo de su ex esposa a no ser mantenida con vida artificialmente, quiere que los restos sean incinerados y sus cenizas depositadas en un lugar secreto cerca de Filadelfia. Pero los padres de la mujer, Robert y Mary Schindler (que son católicos devotos), desean que sea enterrada en un cementerio católico de Florida y están dispuestos a acudir de nuevo a los tribunales para quitarle a Schiavo cualquier derecho a disponer sobre los restos mortales de Terri. David Gibbs, abogado de los Schindler, se quejó de que Michael Schiavo no mostró ningún gesto de piedad hacia los padres y hermanos de la fallecida.


Entrada prohibida
Se supo que su hermano, Bobby Schindler, fue obligado por la policía local, por orden de Michael Schiavo, a salir el jueves de la habitación donde agonizaba Terri y tampoco se les permitió la entrada a los padres. El ahora viudo y los padres, así como los hermanos de la fallecida, Bobby y Suzanne, visitaron a Terri por separado en los días previos a su muerte, ocurrida en un centro para enfermos terminales de la ciudad de Pinellas Park, en el suroeste de Florida.

Así se encendió la primera polémica tras la muerte de la mujer que vivió 15 años en estado vegetativo y que falleció el jueves tras ser desconectada -a pedido de su marido y por orden judicial- de los tubos de alimentación que la mantenían con vida.

El hermano de Michael, Scott Schiavo, explicó que la decisión de depositar las cenizas en un lugar secreto tiene por objetivo evitar que los Schindler conviertan los funerales en "otro espectáculo mediático", en referencia a la amplísima cobertura que tuvo la cruzada legal de los padres para evitar la muerte de su hija.

Los Schindler deberán conformarse con una misa en recuerdo de la mujer, planeada para el martes o el miércoles de la semana próxima.

La creciente animosidad entre los familiares de la fallecida se refleja también en el numeroso público que todavía está acampado, junto a los medios de comunicación, frente al centro hospitalario donde falleció Terri. Nancy Lindsay McDonald lleva varios días enarbolando un cartel que compara, con un "tal para cual", a Michael Schiavo con Scott Peterson, condenado a morir por el asesinato de su esposa embarazada, y con O. J. Simpson, el actor y jugador de fútbol americano acusado de asesinar a su esposa, pero declarado libre de culpa por un jurado. "Los tres son culpables de haber asesinado a su esposa", dijo Lindsay McDonald.


La polémica
Los grupos religiosos y conservadores que han acampado frente al centro ven a Michael Schiavo como el malo de toda esta trágica historia y el culpable de que se dejara morir a la mujer, aunque estuviera en un permanente estado vegetativo.

A pocos pasos de Lindsay McDonald, David Giannino levanta un enorme cartel donde defiende a Michael Schiavo y justifica su acción, siendo tal vez el único con valor para hacerlo frente a una multitud que opina lo contrario. "Dos de estos fanáticos religiosos me han amenazado de muerte y he sido golpeado varias veces durante las dos semanas que llevo aquí con este cartel", dijo Giannino, quien aseguró que camina con un bastón por los golpes recibidos.

Mari Fernández, de origen cubano, distribuye a los periodistas copias de un informe médico del 3 de marzo de 2000 donde se dice que Terri Schiavo tenía sólo seis meses de vida. "Sólo seis meses le daban hace cinco años y vean lo que ha vivido y podría haber seguido viviendo. Esto ha sido un asesinato criminal de la peor especie", dijo Fernández, quien también ha dirigido una dura carta al gobernador de Florida y hermano del presidente de EEUU, Jeb Bush.
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Frente al hospital donde murió Terri continúa la polémica.

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