Cómo será la sucesión

Ciudad del Vaticano.- La elección del sucesor de un Sumo Pontífice, tras la certificación de su muerte por un médico y el camarlengo, queda en manos de los cardenales menores de 80 años, en la actualidad algo menos de 120, reunidos en la Capilla Sixtina.

Al producirse la muerte de un Papa comienza un período que se llama de Sede Vacante, durante el cual el gobierno de la Iglesia queda en manos del Colegio de Cardenales sólo para "el despacho de los asuntos ordinarios", según el derecho canónico vigente.

La certificación del deceso de un pontífice fue variando con el correr de los años. Antiguamente el camarlengo utilizaba un pequeño martillo de plata con el que golpeaba en tres oportunidades la frente del Papa.

Luego de cada golpe se hacía una pregunta al pontífice y se esperaba que respondiera. En caso de que no contestara en las tres oportunidades recién se confirmaba el fallecimiento. El paso siguiente era destruir con el mismo martillo el anillo y el sello papal.

Confirmada la muerte del Papa, los cardenales deben reunirse en cónclave para la elección del nuevo Romano Pontífice entre 15 y 20 días después de la vacante. Tienen derecho a voto todos aquellos que cumplan 80 años después de la muerte del Papa en ejercicio y antes de que comience el cónclave.

Hasta 1904 los reyes de algunas naciones católicas tenían derecho de veto en la elección pontifica, facultad que fue abolida a partir de esa fecha y castigada con excomunión a los cardenales que "acepten el encargo de una autoridad civil" para vetar a alguno de los papables.

El nuevo papa puede ser elegido entre los cardenales y obispos, pero la tradición reduce este ámbito a los primeros.

Los cardenales electores menores de 80 años suman en la actualidad 117 monseñores, algo menos que el número máximo de 120 fijado por el papa Paulo VI,

De ese total 58 son europeos y 20 de ellos italianos; 14 estadunidenses; 21 latinoamericanos, 11 africanos, 11 asiáticos y dos de Oceanía.

El electo Papa debe reunir dos tercios de los votos del colegio cardenalicio, pero en caso de no lograrse esa mayoría en un primer intento pueden decidir hacerlo luego por simple mayoría.

Pese a los análisis de los especialistas respecto a quienes son los cardenales que cuentan con mayores posibilidades de reemplazar al agónico Juan Pablo II, nada está dicho hasta que surja el humo blanco de la chimenea vaticana.

Karol Wojtyla no era ningún favorito cuando fue elegido en la tercera vuelta del escrutinio el 16 de octubre de 1978 para convertirse en el primer papa no italiano en 455 años. (Télam)