El gobierno dispondrá tres días de duelo nacional

El gobierno nacional seguía anoche la evolución del estado de salud del Papa Juan Pablo II y se anticipaba que en caso de producirse su fallecimiento se dispondría de inmediato el duelo nacional, con la consecuente suspensión de todas las actividades oficiales.

Mientras los fieles cristianos se reunieron ayer en las distintas iglesias a orar por la salud del Santo Padre, fuentes gubernamentales informaron que las noticias desde el Vaticano marcarán la confirmación de las actividades del presidente Néstor Kirchner, quien seguía las alternativas y que tiene previsto encabezar hoy el acto central por el 23º aniversario del desembarco argentino en las islas Malvinas, encuentro que se realizará en el Regimiento Patricios.

Por lo pronto, el jefe de Estado dispuso ayer a la tarde la suspensión del concierto que tenía pendiente ofrecer en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno el pianista y compositor Mariano Mores, en el marco del ciclo que se cumple todos los primeros viernes de cada mes.

Hace dos semanas, el presidente Kirchner le había remitido al Papa una carta personal muy afectuosa en la que expresaba no sólo el reconocimiento del gobierno, sino del pueblo argentino, y lo consideraba "el forjador de la paz".

Esa misiva se dio en medio del debate generado por la decisión de jefe de Estado de retirar el acuerdo a la designación del monseñor Antonio Baseotto como obispo castrense, a raíz de su polémica con el ministro de Salud, Ginés González García, a partir de la postura del funcionario en favor de la despenalización del aborto.

Las fuentes consultadas explicaron que de acuerdo al protocolo que rige las circunstancias, en caso de fallecimiento de Juan Pablo II el gobierno nacional dispondrá un duelo nacional de tres días, idéntico tratamiento al que se les otorga a los jefes de Estado.

En las oficinas gubernamentales se repasaba que las exequias oficiales se cumplimenten entre el cuarto y el quinto día de comunicarse el fallecimiento de Su Santidad, en una ceremonia que se extenderá durante nueve días.

De esta manera, se anticipaba que la delegación del gobierno argentino estará encabezada por el vicepresidente Daniel Scioli, el canciller Rafael Bielsa y el secretario de Culto, Guillermo Olivieri.

El embajador subrayó que "los argentinos le debemos mucho a Juan Pablo II, primero por haber evitado la guerra con Chile, que hubiera significado por generaciones una gran tragedia, y segundo por el viaje que hizo a la Argentina para expresar su solidaridad cuando la debacle de las Malvinas".

Al tanto de las noticias desde la Santa Sede, la Conferencia Episcopal Argentina pidió a "todos los cristianos que se unan en la oración rogando por él" y solicitó a párrocos y rectores de las iglesias que "faciliten a los fieles la oportunidad de reunirse en oración y que se tenga presente en las misas y celebraciones esta intención".

Idéntico llamamiento hicieron los obispos argentinos, entre ellos el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, sobre quien se generaba la expectativa de su eventual partida hacia Roma en caso de fallecimiento del Santo Padre. (Télam)