Año CXXXVII Nº 48700
La Ciudad
Política
Información Gral
Opinión
El Mundo
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Escenario
Economía
Señales
Turismo
Mujer


suplementos
ediciones anteriores
Salud 23/03
Autos 23/03
Turismo 20/03
Mujer 20/03
Economía 20/03
Señales 20/03
Educación 19/03

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 27 de marzo de 2005  
Poco clima de fútbol en la altura de La Paz
Bolivia no ofreció un ambiente encendido como otras veces

La Paz es una ciudad donde no cuesta correr, es complicado caminar, respirar, por lo cual, parece una locura que haya fútbol, pero pese a eso, en la previa los hinchas y jugadores argentinos le dieron color a esta verdadera fiesta del fútbol, en las pocas pobladas tribunas del estadio Hernando Siles.

A las 14.20 (hora local) llegó el micro del seleccionado al estadio Hernando Siles. No fueron recibidos por los bolivianos con insultos, ni con agresiones, sino que con ingenio, con el grito de guerra de esta tarde: "Altura, altura, altura...".

El grito causó sorpresa entre los dirigidos por Pekerman, pero también una sonrisa. Tantos días tratando de no hablar de la altura, evitando el tema, se encontraron con cerca de doscientos hinchas locales gritando, justamente, la palabra "altura".

Pero la respuesta fue inmediata y los gritos de los hinchas argentinos, arengados por los jugadores, taparon la ingeniosa forma de intentar amedrentar de los bolivianos.

Para poder disfrutar de La Paz hay que vivir aquí, de otro modo es imposible. Debido a que se llega al aeropuerto EL Alto y no hay manera de no afectarse por los 4.000 metros de altura que hay ahí.

Claro, que no es sólo la altura, sino sus calles empinadas y una fragancia poco agradable, a lo que los habitantes del Altiplano están acostumbrados, porque de otra manera sería imposible soportarlo.

Poco después del mediodía los jugadores argentinos sufrieron el primer encuentro con la altura. Cuando llegaron a La Paz provenientes de Santa Cruz de la Sierra.

En ese momento hubo miradas entre los jugadores, como buscando quien comenzaba a sentir mareos o sensaciones extrañas. Nadie hablaba.

Ya arriba del micro que los trasladó del aeropuerto El Alto hacia el estadio la primera sorpresa para los hombres de Pekerman fue la de no ver clima de fútbol, clima de partido, si hasta recibieron pocos insultos.

Calles desiertas, pocos automóviles, era el panorama de ese camino. Los feriados de semana santa, la crisis social que vive Bolivia, el mal desempeño del equipo de Ovidio Messa en la eliminatoria y el alto valor de las entradas atentaron contra el marco que este partido se hubiera merecido.

Ya cerca del estadio, en el micro los futbolistas se seguían mirando, algunos sorprendidos por no sentir nada.

Por eso, a pocos metros de la cancha, con ventanillas abiertas, recibiendo algún insulto perdido, llegó el micro al Hernando Siles, los jugadores se animaron y a todos les sorprendió ver a los futbolistas gritando, aplaudiendo y siendo vivados por dos docenas de albicelestes, quienes no tuvieron problemas pese estar rodeados por cientos de bolivianos.

Pero en ese momento los bolivianos sacaron su grito de guerra, con su ingenioso "altura, altura", ese que hizo recordar a todos que en La Paz la pelota es más rápida y mucho más liviana que en el llano. (Télam)
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto
La altura se hizo sentir.

Notas Relacionadas
Argentina ganó en La Paz después de 32 años



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados