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 domingo, 27 de marzo de 2005  
Pekín no afloja la represión ni la censura

Andreas Landwehr

Pekín. - Ding Zilin está indignada. El objeto de su cólera son el canciller alemán, Gerhard Schroeder, y el presidente francés, Jacques Chirac, por querer levantar el embargo de armas de la Unión Europea (UE) a China. "Están escribiendo un trozo vergonzoso de historia", subraya esta profesora, cuyo hijo de 17 años murió por disparos de los soldados durante la represión del movimiento democrático en 1989.

Las recientes amenazas de Pekín a Taiwán y la oposición de EEUU han dificultado la posibilidad de que se levante el embargo de armas, pero para los activistas chinos, lo que vale es el argumento de los derechos humanos, porque la prohibición fue decretada como reacción a la masacre del 4 de junio de 1989, que los líderes chinos siguen defendiendo aún hoy.

Desde entonces, Ding Zilin, al igual que otros familiares de las víctimas, soporta la vigilancia estatal. Con el cambio de gobierno a la generación más joven del jefe de Estado y de partido Hu Jintao todo ha empeorado incluso más, destaca esta mujer jubilada de 68 años, que encabeza la red "Madres de Tiananmen".

Los intelectuales son perseguidos, los autores en Internet son encarcelados y la censura aumenta. "No hay justicia", afirma Ding Zilin. "Incluso los abogados son ahora detenidos por defender a activistas democráticos". En una carta de más de 500 activistas dirigida a la comisión de la UE, se señala que "16 años después de Tiananmen, el Estado chino sigue siento altamente represivo". El crecimiento económico no ha generado una mejoría, sino una serie de "nuevas violaciones de los derechos humanos".

El Estado encarcela a personas por expresar su opinión o que se organizan para defender sus derechos, mete a ciudadanos sin juicio previo en campos de reeducación, reprime a los creyentes, tortura para conseguir confesiones y aplica de forma masiva la pena de muerte, denuncian.

Incluso los periodistas chinos se quejan del modo en que la dirigencia está tirando de las riendas, de modo de que "todo es cada vez más difícil".

Los estudiantes fueron las víctimas este mes de una nueva campaña ideológica. Los foros de discusión de las grandes universidades en Internet, considerados de los más importantes y animados del país, fueron prácticamente cerrados: Ya no pueden participar personas de fuera de las universidades, en tanto que los estudiantes tienen que registrarse con su verdadera identidad. (DPA)
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