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 domingo, 27 de marzo de 2005  
Tensión. Multitudinaria protesta en taipei contra la ley antisecesionista
Un millón de taiwaneses desafía la amenaza de invasión china
Ambos gobiernos suspendieron el diálogo. Las posibilidades de una reunificación pacífica se agotan rápidamente

Taipei. - En una de las manifestaciones más grandes en la historia de Taiwán, cerca de un millón de personas marchó ayer por las calles de la capital para protestar contra una nueva ley china que autoriza atacar a la isla si declara oficialmente su independencia. El presidente taiwanés, Chen Shui-bian, y su familia se sumaron a una de las diez marchas que confluyeron frente al palacio presidencial en Taipei. Los habitantes del sur y del centro de la isla llegaron en autobuses, aviones y trenes a la capital.

"Taiwán es sólo una pequeña isla, por lo que debemos hablar a voz en grito para que el mundo escuche que somos una democracia que encara a un gigante de aviesas intenciones", dijo Vivian Wang, trabajadora de un restaurante y de 38 años, que viajó en autobús desde la ciudad de Kaohsiung, ubicada a unos 300 kilómetros al sur de la capital. En China, los medios de comunicación estatales fueron críticos con la marcha. Un reporte describió las protestas como un "carnaval político" organizado con fondos públicos.

Cientos de miles de personas se reunieron en 10 áreas diferentes de Taipei: cada una de las rutas representaba uno de los artículos de la ley opuesta a la secesión. Los manifestantes convergieron luego en una amplia avenida situada frente a la oficina presidencial.

Pekín teme que Taiwán -que tiene su propio gobierno- busque independizarse formalmente. La legislatura china aprobó recientemente una ley que autoriza el empleo de la fuerza militar contra Taiwán si la isla intenta una separación permanente. Taiwán -situada a sólo 160 kilómetros de la costa sur de China- rechaza al régimen de Pekín desde que los comunistas tomaron el poder en 1949.


Soberanía de facto
Durante más de 50 años, Taiwán ha podido disfrutar de una independencia de facto, en gran parte debido a que EEUU ha advertido que defenderá la isla si China la ataca. EEUU es además la única nación importante que vende armas de avanzado diseño a Taiwán. "¿Qué queremos de China?: paz", gritó el legislador Bikhim Hsiao en medio de la multitud.

Miles de autobuses llegaron a Tapei desde distintos rincones de la isla. La policía estimó que había cerca de un millón de manifestantes.

La marcha fue organizada por grupos privados, pero líderes del Partido Democrático Progresista del presidente Chen Shui-bian desempeñaron un papel importante en la organización. "China es un país violento. No queremos tener nada que ver con ello", declaró Wu Chao-hsiung, una carpintera de Taipei que participó en la protesta. "Tenemos que insistir en la libertad para determinar nuestro propio destino", sostuvo.

El presidente Chen apareció en la ruta de una de las marchas, protegido por unos 500 guardaespaldas. Pero como había prometido, no habló en la protesta. El actual jefe de Estado calificó hace dos semanas la norma china como una "ley de agresión". El futuro de Taiwán no puede estar en manos de 3.000 delegados no elegidos del Congreso del Pueblo chino, sino de los 23 millones de taiwaneses, dijo.


Uso de la fuerza
La ley antiseparatista legitima al ejército chino a utilizar "medios no pacíficos y otras medidas necesarias" en caso de que Taiwán declare su independencia o si "las posibilidades de una reunificación pacífica se agoten definitivamente".

El presidente del Consejo para la China Continental, Joseph Wu, afirmó que la protesta busca mostrar a China la indignación taiwanesa. Mientras Pekín no respete el sistema democrático de la isla, es poco probable que mejoren las relaciones, añadió. El viernes, Taiwán anunció que suspendía el diálogo con las autoridades chinas debido a la amenaza. El gobierno en Pekín reaccionó advirtiendo a Taipei que no genere más tensiones entre ambos gobiernos. Según expertos chinos, "demonizando" la ley los taiwaneses intentan "engañar a la opinión pública exagerando un peligro militar desmedido".

La oposición taiwanesa, más cercana a Pekín, criticó la manifestación, pero dejó en manos de sus simpatizantes la decisión de acudir. "Desaprobamos esta marcha porque las actividades separatistas de Chen obligaron a aprobar la ley antisecesión", dijo el portavoz del Partido Nacionalista Chino (KMT) Chang Jung-kung. Los observadores subrayaron también la ausencia de Shi Wen-long, fundador del grupo petroquímico Chi Mei, un prominente apoyo de Chen que respaldó abiertamente la ley antisecesión. En una carta abierta a un diario local, Shi, también asesor presidencial, aseguró que la independencia de Taiwán sólo traería la guerra y el desastre.

La colorida protesta paralizó la capital, Taipei, mientras los manifestantes mostraban sus vinchas verdes y hacían sonar cornetas. La marcha incluyó el despliegue de réplicas de tanques y misiles en un intento de ridiculizar los arsenales que China dice tener para neutralizar cualquier intento independentista taiwanés. Además, 706 niños (el número de misiles que China posee apuntando a la isla) portaron leyendas pacíficas, y se liberaron globos y palomas.
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La protesta masiva paralizó la capital taiwanesa.

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