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 domingo, 27 de febrero de 2005  
Educación: Deudas con la infancia

Marcela Isaías / La Capital

Niños escolarizados que no pueden resolver problemas sencillos o jóvenes a punto de ingresar a la universidad con dificultades para comprender un texto simple son el reflejo de un problema compartido por la mayoría de las naciones del mundo.

Al menos así lo deja ver un informe que se encarga de seguir el compromiso tomado por los países que en el 2000 participaron del Foro Mundial de Dakar "Educación para todos", de alcanzar para el 2015 la escolarización total de la infancia.

El seguimiento afirma que si bien la tendencia mundial muestra una creciente escolarización de los niños, también se advierte un aumento de chicos que dejan la escuela antes de cumplir los 10 años y, lo que es igual de preocupante, que muchos de los que llegan a terminar la escuela lo hacen con serias falencias respecto de sus aprendizajes básicos.

Semejante panorama admite una explicación mayor que los casos puntuales de uno u otro aplazo masivo que suelen ser tapas de diarios. Es que la educación de la infancia y los jóvenes no es una tarea que pueda limitarse sólo a la enseñanza que a los maestros les toca ejercer en el aula.

Basta para acompañar esta tendencia mundial -contradictoria por cierto, según la cual creció la escolarización pero también las dificultades para retener a los chicos y que éstos se apropien de conocimientos esenciales- con reiterar algunos de los datos aportados por el informe que cada año actualiza Unicef y se conoce como "Estado mundial de la infancia".

El que responde al 2005, titulado "La infancia amenazada", admite que "para la mitad de los niños y las niñas del mundo, la infancia es un período de graves dificultades. Estos años fundamentales sufren las terribles consecuencias de la pobreza, los conflictos y el Sida".

Y en esta certeza se desglosan lo que los especialistas denominan las "Siete privaciones mortales":

* 640 millones de niños y niñas carecen de una vivienda adecuada

* 500 millones de niños y niñas no tienen acceso al saneamiento

* 400 millones de niños y niñas no consumen agua potable

* 300 millones de niños y niñas carecen de acceso a la información (televisión, radio y periódicos)

* 270 millones de niños y niñas no tienen acceso a servicios de atención de la salud

* 140 millones de niños y niñas, la mayoría estas últimas, nunca han acudido a la escuela

* 90 millones de niños y niñas sufren graves privaciones de alimentos.

Al respecto, el Estado Mundial elaborado por Unicef afirma que superar "la diferencia que existe entre el ideal de la infancia y la realidad en que vive la mitad de los niños y las niñas del mundo es una cuestión de elección", que exige nada menos que un compromiso mayor por parte de los adultos. Y en esto entra el papel de las familias, las empresas, las comunidades responsables de proteger los derechos de la infancia.

Al presentar este informe mundial, la directora ejecutiva de la Unicef, Carol Bellamy, sumó a estas responsabilidades que les toca a los adultos la necesidad de "tomar decisiones inteligentes, con el interés superior del niño siempre presente". Antes había recordado que más de mil millones de niños y niñas no disfrutan del desarrollo y la protección que prometió en 1989 la Convención sobre los Derechos del Niño.

La directora del organismo internacional consideró entonces que de no conseguir "proteger a la infancia no lograremos alcanzar otros objetivos más amplios y generales en favor de los derechos humanos y el desarrollo económico. Es así de simple". Y claro, en esto también entra la educación.
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