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 domingo, 20 de febrero de 2005  
Una multitud se dio cita en el cementerio local para despedir sus restos
Falleció ayer el intendente de Baigorria, Miguel Ansoleaga
Tenía 50 años y murió tras luchar contra una grave enfermedad, a 14 meses de haber asumido su cargo

Marcelo Abram / La Capital

Granadero Baigorria.- Poco antes de la una de ayer falleció a los 50 años de edad el intendente de esta ciudad Miguel Angel Ansoleaga, quien desde hace varios meses luchaba por su vida ante una grave enfermedad, por la que llegó a pedir licencia en su función. Por la tarde, una multitud despidió los restos del Gallego -como se lo conocía popularmente- en medio de muestras de profundo dolor entre sus familiares, amigos y colaboradores de su gestión al frente del municipio.

Ansoleaga había llegado a la Intendencia de Baigorria tras encabezar un sublema que apoyaba la candidatura de Jorge Obeid a la gobernación, y luego de imponerse por escaso margen a los candidatos justicialistas, Daniel Lioi, a quien aventajó por 18 votos, y Miguel Giusseponne, por 50 sufragios.

Con una trayectoria más empresarial que política, Ansoleaga aseguró en su momento a La Capital que era una persona "que nunca participó en política. Mi estilo es un estilo de trabajo, vamos a buscar los consensos necesarios para poder empezar una etapa signada por el trabajo que es lo que la gente está reclamando de sus dirigentes".

Sin embargo, esta situación no le impidió transformarse, merced a su carisma, rápidamente en el principal referente justicialista de la ciudad y con una gran consideración por afuera. A la hora de designar a sus colaboradores, Ansoleaga tuvo en consideración a los empleados de carrera de la planta permanente. Es por eso que José Donda y Víctor Falivene ocuparon las secretarías de Hacienda y Obras Públicas, respectivamente.

A partir de este momento el presidente del conejo Daniel Lioi, quien desde el 18 de enero pasado estaba a cargo de la Municipalidad por la licencia de Ansoleaga, será el intendente hasta que la provincia convoque a elecciones para terminar el mandato que finaliza el 10 de diciembre de 2005. En este caso, de acuerdo a los tiempos electorales, sí habrá que elegir un nuevo intendente, y no como ocurrió con el malogrado Humberto Sdrigotti, quien falleció poco antes de finalizar su mandato siendo candidato a una nueva reelección.


La última batalla
Desde fuentes cercanas a Ansoleaga se asegura que desde hace varios años venía teniendo problemas de pólipos en su vejiga, pero en el último cuatrimestre del año pasado, y después de un par de operaciones, el estado de salud del Gallego entró en una pendiente sin retorno.

Al anunciar el primer pedido de licencia de Ansoleaga, a mediados de enero pasado, el gabinete municipal en pleno se aventuró a asegurar que "antes de que culmine el plazo, Miguel va a volver a estar en funciones".

Distinto fue el pensamiento de los fieles colaboradores del intendente cuando hace unos días se anunció un nuevo pedido de licencia. "Queremos que si pasa algo malo, lo mejor es que le pase en su función de intendente. Esa es la mejor manera de respetarlo por parte de quienes creímos ciegamente en él", dijo un integrante de su entorno político con evidentes signos de abatimiento.

Lo cierto es que la vida le jugó una mala pasada y la muerte llamó antes de tiempo a un hombre al que muchos se animaron a aventurarle un futuro político sin techo, y la ciudad asiste, entre triste y asombrada, a la cruda realidad de ver morir por segunda vez consecutiva a un intendente en sus funciones.
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Uno de sus hijos deja una flor para Ansoleaga.

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