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 domingo, 21 de noviembre de 2004  
Fontanarrosa volvió a apelar al humor en el acto de cierre
Hizo bromas hasta con el nombre de Víctor García de la Concha

Silvina Dezorzi / La Capital

Como no podía ser de otro modo, en el acto de clausura del III Congreso Internacional de la Lengua Española el Negro (Roberto) Fontanarrosa apeló al recurso del humor. Después de lamentar la ausencia del escritor Juan José Saer, quien originalmente iba a estar en su lugar pero por razones de salud declinó hacerlo, el humorista argentino dijo haber aceptado reemplazarlo tras recibir la propuesta por parte del presidente de la Real Academia Española, "el amigo Víctor García de la presidencia del congreso", un eufemismo para evitar la mala palabra del apellido completo del directivo, García de la Concha. Las risas, incluida la del aludido, sacudieron el teatro El Círculo.

Fontanarrosa volvió a hacer reír al decir que su modelo de orador era Fidel Castro, pero "en consideración a la mucha gente del exterior que querrá estar con su familia para las fiestas" intentaría dar un discurso "más acotado".

Un poco más en serio, pero nunca perdiendo la cuerda del humor, Fontanarrosa abogó por una "unidad" de la lengua como "equilibrio de la diversidad" y rechazó en cambio la "uniformidad", que es la supresión de la diversidad. "La uniformidad me inquieta un poco, porque hemos tenido problemas con los uniformes", advirtió.

El popular humorista rosarino también propuso reflexionar sobre la riqueza del español. "Como el lenguaje nos está dado", dijo, "tiene algunos de los atributos del aire: es tan fundamental como inadvertido".

Y sobre la trascendencia que el congreso tuvo y tendrá sobre Rosario, Fontanarrosa aseguró que no hizo sino confirmar a la ciudad como un polo cultural. "Porque se ha trabajado mucho, porque se han hecho cosas", afirmó. Y puso como ejemplo el propio teatro El Círculo. "Esto no es una escenografía, no es una instalación que hemos alquilado y que apenas termine el congreso tendremos que devolver a una metrópolis importante. Este teatro se queda acá con aire acondicionado y todo, y lo disfrutaremos después", afirmó.

Y, de nuevo con los chistes, dijo tener datos de que las autoridades locales habían hecho gestiones a muy alto nivel. "Cuando digo alto nivel, digo a muy alto nivel, para conseguir cuatro días de sol espectaculares que harán que los invitados se lleven una imagen errónea del clima en la ciudad". Y el Congreso de la Lengua en pleno volvió a reírse.

Por una vez el humorista aceptó ponerse saco, pero no serio. Por eso no dejó de ser Fontanarrosa.
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