En recuerdo del padre Rogelio Pizzi

Hoy se cumple el segundo aniversario del fallecimiento del tan recordado padre Rogelio Pizzi. Hablamos de su partida física, porque el cariño de su espíritu permanece en cada uno de los que pudimos recibir su inmensa calidez humana, su inacabable comprensión, su permanente entrega a los demás. Todavía resuena, como campanas, su alegría en cada rincón del querido Colegio Cristo Rey, que vio pasar casi toda su larga y laboriosa vida, donde prodigó su amor a los niños, los padres y el personal de la comunidad educativa sin tener en cuenta quién era cada uno. Su persona se destacaba por la comprensión y dedicación a los demás; a todo encontraba una respuesta clara y superadora, quitaba horas a su breve descanso diario para atender a los más necesitados, llegando incluso a despojarse de lo poco que tenía. Fue un gran sacerdote y supo ser amigo, hermano, compañero de quienes lo rodeaban, un digno representante de su patrono, San José de Calasanz. Nos reconforta saber que está con la estrella más grande del universo, Dios, y que lo rodea todo su inacabable cosmos. Oramos, entonces, con alegría, porque sabemos que el padre Pizzi está descansando en la paz del Señor. Y lo hacemos con fuerza por todos los escolapios del mundo, para que puedan llevar las enseñanzas de Jesús, enseñanzas que Pizzi siguió con felicidad toda su vida. Le pedimos al padre Pizzi que interceda ante Cristo, para que El derrame bendiciones sobre toda la Nación y especialmente para que los jóvenes conozcan a Dios y llenen sus corazones de su amor infinito.

Delia Maidana