Lectura: La clase media seducida y abandona

Andrea Delfino

¿Qué es lo que todavía nos une a los argentinos, cuáles son los lazos persistentes que nos constituyen en sociedad? Este parece ser el interrogante que despliegan el experto en estadística Alberto Minujin y el periodista Eduardo Anguita en "La clase media. Seducida y abandonada".

Recuperando gran parte de la literatura producida en la década del 90 sobre la entonces novedosa problemática de la "nueva pobreza", el libro conjuga el análisis socio-histórico con entrevistas en profundidad que ilustran el proceso de movilidad social descendente en el que se encuentran inmersos vastos sectores de las clases medias.

Para los autores nuestro país se caracteriza por la "impronta clasemediera" que atraviesa su sociabilidad, su cultura y su manera de hacer política. Esta reflexión se derivaría de consideraciones de dos órdenes. La primera, de índole teórica, supone que la definición de clase media no pasa por una identidad común objetiva, sino por una identidad simbólica relacionada con el acceso a cierto capital económico, social y/o cultural. La segunda, de orden socio-histórico, refiere a la magnitud y al tipo de desarrollo alcanzado por las clases medias en nuestro país. En efecto, y desde la mirada de Minujin y Anguita la expansión de las clases medias urbanas en Argentina se halla en estrecha relación con el desarrollo de un Estado que promovió la industrialización y el desarrollo productivo mediante empresas públicas bajo su control.

Este proceso va a tener su primer punto de inflexión en 1976, fecha en la que "queda echada" la suerte de la clase media. Hacia fines de la década del 80 se comienzan a ver claros signos de que los sectores medios estaban siendo afectados en forma creciente por las constantes crisis y los permanentes cambios económicos. Finalmente, el período iniciado con el Plan de Convertibilidad actuará exacerbando el proceso de deterioro iniciado en 1976.

Las transformaciones en las que se encuentran inmersos los sectores medios argentinos vienen siendo objeto de estudio en el ámbito académico desde hace ya casi una década. Sin embargo, estas investigaciones, al centrarse en las transformaciones de la base objetiva, no han podido avanzar de forma sustantiva en los aspectos subjetivos y en los impactos en términos identitarios de estos procesos en los sectores medios.

Para los autores, nuestro país se caracteriza por la "impronta clasemediera".