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 domingo, 08 de agosto de 2004

Lifschitz: "Soy un hombre del partido"

Mauricio Maronna / La Capital

Miguel Lifschitz no trepida en admitir que la transversalidad fue un experimento de laboratorio que no tuvo correlación en la práctica. Cada vez que los medios nacionales hablan de él, se refieren al "transversal" intendente de Rosario, una "simplificación" que no le cae demasiado en gracia.

No duda en confirmar su identidad y su lealtad al socialismo, justo en el momento en que el gran interrogante del análisis político local pasa por dilucidar si está más cerca de Hermes Binner que del PS. "Ojo, Binner también es un hombre del partido", equilibra el jefe del Palacio de los Leones.

-Se lo observa muy empapado de la gestión, pero hablando poco de política...

-Es verdad, trato de darle a mi gestión una impronta muy dinámica, que es lo que demanda hoy la sociedad. Quienes estamos en función de gobierno tenemos que tener capacidad para resolverle los problemas a la gente con ejecutividad. Las expectativas de la sociedad van en esa dirección, pero no me olvido de la política...

-¿Qué evaluación hace del gobierno nacional?

-Estamos en un punto de inflexión. Luego de un primer impulso que el presidente dio con una serie de iniciativas importantes, y con tendencias que insinuaban una direccionalidad, ahora llegó el momento de afrontar los problemas estructurales: resolución de la deuda, inseguridad y violencia (especialmente en la zona de Capital Federal y Gran Buenos Aires), pobreza, empleo, sostenimiento del crecimiento, redistribución del ingreso. Esto necesita de consensos amplios y el gobierno debe emitir señales clares. Es hora de que (Néstor) Kirchner tome definiciones importantes.

-¿El diagnóstico sobre la realidad provincial es distinto?

-Después de unos primeros meses signados por conflictos e incertidumbre, (Jorge) Obeid definió con claridad algunos temas clave, como la ley de lemas y la reforma constitucional. Es necesario que esos proyectos tengan eco favorable y puedan ser realidades. Pero el gobierno debe avanzar también en la definición de los grandes trazos de la política provincial. Santa Fe tiene que aprovechar la oportunidad favorable que se está viviendo.

-Los medios nacionales hablan de usted como el "transversal" Lifschitz. ¿Es así?

-Es un calificativo que se aplica livianamente y que no expresa, hoy por hoy, absolutamente nada. La transversalidad fue tomada como un experimento político, no tuvo sustancia, no se hizo realidad. Es necesario un reacomodamiento de los sectores políticos y después sí buscar acuerdos para trazar políticas de Estado. Lo mío siempre fue muy claro: tengo una gran identidad socialista y el objetivo es construir un espacio de centroizquierda a nivel nacional. Eso no impide que en muchas cosas coincida con el gobierno nacional.

-Mucho se habló de una durísima interna entre la estructura del PS y Binner. Y la gran pregunta es: ¿Lifschitz de qué lado está?

-Las organizaciones políticas deben renovarse, pero son herramientas indispensables en una democracia moderna. Tengo una clara pertenencia al PS, soy un hombre del partido y creo que Binner también.

-¿En las legislativas del 2005 volverán a aliarse con la UCR?

-Con algunas figuras del radicalismo, de la democracia progresista... Mantenemos un buen nivel de conversaciones con el ARI y con otras fuerzas políticas menores. No sé si habrá alianza con la UCR como partido, que hoy tiene una realidad política muy fragmentada, pero seguimos consolidando el espacio con dirigentes radicales que se han incorporado al gobierno municipal.

-¿Por qué Capital Federal y distritos del conurbano son un caos de violencia e inseguridad mientras en Rosario la situación está relativamente tranquila?

-La concentración y la escala de esos centros urbanos tienen que ver con el desmadre, pero creo que desde hace muchos años hemos venido desarrollando en Rosario una política de inclusión social muy importante. Los grupos piqueteros que promueven acciones en Buenos Aires también están acá, pero en Rosario participan en diversos espacios, llevan adelante proyectos comunitarios. Hay otra relación entre el gobierno municipal y estas estructuras de desocupados.

-¿Qué cosas le están faltando a la ciudad?

-La autonomía municipal, que es clave para repensar Rosario. Necesitamos que se resuelva la situación de Aguas Provinciales, imprescindible para solucionar la cuestión de los desagües cloacales. Y también faltan obras de infraestructura, pero ahí no tenemos facultades ni competencia.

-¿Cómo es su relación personal con Kirchner?

-El trato es cordial, afable, de mucho interés por los problemas de la ciudad. Nunca tuve condicionamientos políticos, no me hicieron pedidos a cambio de alguna inversión, y eso habla bien del gobierno nacional.

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"El gobierno debe emitir señales claras", dijo el intendente.

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