| domingo, 08 de agosto de 2004 | Al borde de un ataque de nervios A algunos de los padres de los 50 chicos que están varados en Bariloche por una intoxicación alimentaria les faltan palabras para expresar su bronca. "Lo que nos hicieron no tiene nombre. Nos enteramos de lo que sucedía por las compañeras de nuestras hijas. Nadie de la empresa nos dio explicaciones. Las cambiaron de hotel y no nos dijeron dónde las llevaban. Es un desastre", enumeró Verónica Attara una de las mamás de las chicas afectadas.
Y Verónica no fue la única en denunciar el "maltrato" que habían sentido de la empresa Transatlántica, contratada para realizar el viaje de estudios. "A mí, directamente, el coordinador me cortó el teléfono. Es desesperante, desde acá no sabemos qué hacer", sumó Cristina Rubio.
Durante todo el día de ayer, los teléfonos -fijos y celulares- de las dos familias estaban permanentemente ocupados. Pero no eran los únicos. Entre los padres de los cinco contingentes que el viernes de la semana pasada habían dejado Rosario se pasaban datos, números de chicos enfermos, horarios de regreso a la ciudad, al tiempo que se consolaban y compartían broncas.
"Es lo único que podemos hacer porque nadie nos da ninguna información ni nos escucha", señalaba Claudia La Greca, mamá de otra chica.
En Bariloche el panorama era más o menos el mismo. "Las nenas nos empezaron a llamar llorando, y cuando nosotros nos comunicábamos al hotel y decíamos que éramos los padres de los chicos intoxicados directamente nos cortaban el teléfono. Lo que nos hacen no tiene nombre", concluyeron las madres. enviar nota por e-mail | | |