Para algunos el patrono del trabajo convocó menos gente que el año pasado

Miles de fieles celebraron San Cayetano

Monseñor Mirás reclamó por "una política que saque a la Argentina de este estado de inseguridad y pobreza"

Pidieron por "pan" y "trabajo", también agradecieron, levantaron y agitaron sus pañuelos blancos, vivaron una y otra vez a la imagen de San Cayetano. Así, los miles de fieles vivieron ayer en Rosario el día del Patrono del Trabajo, con la tradicional peregrinación que se realiza todos los 7 de agosto. Los organizadores aseguraron que la gente comenzó a pasar por la iglesia a venerar al santo apenas pasada la medianoche. Sin embargo, la concurrencia a la peregrinación fue menor que años anteriores, aunque muchos habían optado por ir directamente a la misa que se celebró en la plaza Libertad (Sarmiento y Pasco).

Las motivaciones de los fieles para acercarse hasta San Cayetano fueron una vez más los pedidos de trabajo, pero también los agradecimientos. "Vengo desde hace 20 años. Muchas veces vine a pedir para mí o para mi familia, pero este año quiero agradecerle que todos tenemos una entrada para la casa y no nos falta el pan", contó Mirta, mientras esperaba al mediodía en la interminable fila que se había formado para ingresar al templo.

Los primeros en llegar fueron los vendedores ambulantes, que son parte del folclore de estas celebraciones y se extendieron a lo largo de calle Buenos Aires. Además de las tradicionales estampitas, espigas de trigo y panes, también se ofrecían rosarios, llamadores de ángeles, medallas, choripanes y empanadas turcas. Y también otros objetos que nada tenían que ver con San Cayetano, como mochilas, toallas, bufandas, mates y hasta bijouterie.

Pero si en algo coincidieron todos los vendedores fue en que la celebración convoca cada año a menos fieles. Alejandro instaló su puesto de choripán a las 4 de la mañana de ayer y aseguró que "ya hace dos años que empezó a decaer, viene cada vez menos gente". Y para él esta merma no tiene que ver con que haya más trabajo, "¿será que la gente cree cada vez en menos cosas?", se preguntó.

Beatriz tiene 47 años y desde hace 20 vende espigas, panes y estampitas del patrono del trabajo con su familia. "Esto ya no es lo que era -dijo-. Antes veníamos la noche anterior y esto estaba que reventaba de vendedores y todos trabajábamos a más no poder. Ahora el que más gasta, te compra por un peso".

Sin embargo, durante todo el día pasaron fieles frente a la imagen del santo, que estaba ubicado en la nave izquierda del templo, donde dejaban claveles y donaciones.

Pero la mayor concentración de gente comenzó a producirse pasadas las 14, cuando todos esperaban para participar de la peregrinación. Y así, una vez más, una multitud fue la que saludó a la imagen del San Cayetano agitando pañuelos blancos cuando fue sacada de la iglesia.

De allí peregrinaron por las calles rezando el Rosario y vivando al santo hasta llegar a la plaza Libertad, donde ya esperaba otra multitud de fieles para participar de la misa que celebró el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) y arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Mirás.

Durante la homilía, Mirás rescató "el ejemplo de San Cayetano" en una sociedad donde existe "el egoísmo y la falta de humanidad entre los hombres". Pero tras la misa, el titular de la Conferencia Episcopal también señaló que es necesaria "una política concreta que saque a la Argentina de este estado de inseguridad, pobreza y miseria".

Es más, el prelado consideró que "no ha habido demasiados cambios en los últimos tiempos", y si bien admitió que "se puede ver un poco más de movimiento en las ciudades", no dejó de señalar que "todavía hay mucha marginalidad, chicos que piden en la calle y gente que tiene hambre".

Pero a la hora de repartir responsabilidades indicó que "todos tienen que ayudar para que haya una política concreta que tenga en cuenta lo social, lo político, lo cultural y lo educativo".

Los fieles pidieron y agradecieron al santo.