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 sábado, 03 de julio de 2004

Noticias del clima
El maíz toma fuerza para la próxima campaña gruesa

Las últimas noticias vinculadas al inicio de la próxima campaña gruesa, tienden a reivindicar paulatinamente al maíz frente a la soja. Más allá de la importante necesidad de afianzar la rotación de cultivos como uno de los pilares de la sustentabilidad, los mercados comienzan a mostrar un perfil de rentabilidad para el maíz que seguramente impulsará un aumento del área sembrada.

La difícil competencia contra los números de la soja ha dejado relegado al maíz en las últimas campañas. El continuo progreso de la demanda del sudeste asiático fortaleció en forma progresiva el precio de la soja y se generó una mudanza compulsiva hacia la producción de esta oleaginosa, postergando campos de pastura, tambos, montes naturales y por supuesto áreas destinadas a maíz. La estrella de oriente trocó deudas por sustanciales mejoras económicas y ante estos resultados el paisaje de verano de la región pampeana se transformó en un "desierto verde" (por cierto muy rentable).

Sin embargo, el delicado equilibrio entre la rentabilidad y la producción sustentable comienza a instalar saludables debates, que seguramente darán como resultado una limitación en la expansión del monocultivo. Justo dentro de este contexto el maíz muestra perspectivas económicas con márgenes más holgados y mal que nos pese ésta es la única variable tenida en cuenta durante las últimas campañas.

Dado que el maíz en EEUU entra en sus ciclos más vulnerables desde el punto de vista climático, el mercado irá reflejando la evolución del cultivo y terminará por definir la intención final de siembra en la región pampeana. Por lo antedicho y si al momento de la siembra el perfil de humedad es adecuado, seguramente se notará una marcada recuperación del área destinada a maíz.

Las reservas de humedad

Apuntando a establecer las primeras pautas climáticas para el arranque de la gruesa, en artículos anteriores hemos ido monitoreando el estado de reservas de humedad. Estas hoy se pueden resumir así: condiciones óptimas sobre la franja central, configurándose almacenajes excesivos sobre gran parte del este de Buenos aires y el sur de Entre Ríos. La provincia de Santa Fe muestra un panorama más desprovisto hacia el noroeste, en sus vecindades con el norte cordobés y la extensa zona deficitaria de Santiago del Estero y el oeste chaqueño. También el centro oeste bonaerense reviste reservas escasas.

El trimestre que vamos a recorrer para entrar a la gruesa arranca entonces en condiciones de humedad que, sobre el núcleo maicero, marcan una buena perspectiva. Habitualmente las lluvias del bimestre que comienza se recuestan sobre el este. Sin embargo en julio y agosto la pérdida de humedad por evapotraspiración de un suelo con pastura es muy escasa y aún menor la de un campo en barbecho. De esta manera la actual configuración del patrón de humedad en el suelo de las zonas maiceras tenderían a mantenerse con probables excesos hacia el este (sur de Santa Fe, sur de Entre Ríos y noreste de Buenos Aires).

Durante el mes de setiembre la radiación comienza a exigir y aumenta la pérdida humedad, es aquí donde las lluvias comienzan a jugar su papel y por eso es importante partir en julio de un buen nivel de reserva. El comportamiento normal del clima mediterráneo marca un importante aumento del régimen pluviométrico durante setiembre, que se pone en línea con las provincias del este, favoreciendo el desarrollo de los cultivos de verano. El actual contexto de humedad, prácticamente nos independiza de lo que pase con las lluvias durante julio y agosto: aún si éstas fueran escasas se llegaría a setiembre en buen estado.

Para proyectar el comportamiento pluviométrico a plazos de dos o tres meses es necesario conocer el estado de indicadores globales como "El Niño" o "La Niña". Visto desde hoy, estos indicadores no se presentan relevantes para generar una tendencia sobre el comportamiento de las lluvias del trimestre: la mayor parte de los modelos se inclinan por una situación neutral, algunos marcan hacia setiembre-octubre el comienzo de una fase "El Niño" débil. El gráfico de barras indica que en los próximos meses la probabilidad de un evento neutro es mayor que la estadística, lo mismo que la de "El Niño". La probabilidad de un evento "La Niña" es ínfima.

Por otra parte, las últimas lluvias se han recostado generalmente sobre la franja este de Buenos Aires, como lo indica el comportamiento normal. Este comportamiento de lluvias ligeras a moderadas recostadas sobre el este tendería a mantenerse. Los elementos disponibles no permiten visualizar problemas de escasez de humedad para la siembra, de modo que esta tarea se perfila con buenas perspectivas.

Sobre lo que pueda pasar en el verano, no es razonable generar perspectivas a tan largo plazo, que se vuelven sumamente conjeturales.

Consultora de Climatología Aplicada (CCA)

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