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 sábado, 17 de abril de 2004

Una mujer argentina en la primera companía cubana de teatro a la gorra

La Habana.- La primera compañía cubana de teatro "a la gorra" creada desde el triunfo de la Revolución en 1959, con el aporte de una estudiante argentina y un ex obrero uruguayo de la construcción, deambula por las calles de La Habana Vieja desde hace cuatro años.

"Somos la primera compañía desde el triunfo de la Revolución que vive 100 por ciento de su sombrero y tiene autorización para usarlo", explicó Roberto Salas, director del grupo Gigantería.

Integrada por diez cubanos, por la argentina nacida en Neuquén Agustina Larrañaga, de 26 años, y por el uruguayo de Salto pero criado en Buenos Aires Walter Cruz, de 34, el grupo tiene la característica de salir a escena montado en zancos.

"Los zancos fueron traídos a Cuba por los esclavos y los utilizaban en la fiesta de Reyes. Nosotros revitalizamos esa vieja tradición perdida", explicó Salas, hijo y nieto de dos de los más grandes fotógrafos cubanos del siglo XX, Roberto (uno de los retratistas del Che Guevara) y Osvaldo Salas.

Gigantería se lanza a las calles de La Habana Vieja los jueves, viernes, sábados y domingos con un colorido espectáculo que incluye desfiles de música, bailes, disfraces, malabares y acrobacia.

"Los zancos son el centro del trabajo. Todos salimos a escena montados en nuestros zancos", dijo Salas, de 32 años.

Al final del "pasacalle" (desfile) de unas 20 cuadras, los miembros de Gigantería se quitan sus enormes sombreros y pasan "la gorra" a los turistas extranjeros, en un hecho inusual para el teatro cubano post-revolución.

En sus inicios, en el año 2000, las salidas del grupo por las calles empedradas del centro histórico de La Habana eran más que problemáticas. "La policía nos quitaba las gorras", recordó Salas sentado sobre el césped de la "sala de ensayo", la pequeña plaza frente al Castillo de la Real Fuerza, donde se levanta La Giraldilla, el símbolo de La Habana.

"Hasta que un día nos encontramos con Eusebio (Leal, historiador de La Habana y encargado de la remodelación y administración del casco histórico habanero). Y nos dio la autorización para llevar nuestro arte a las calles", recordó Salas. (Télam)



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