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 miércoles, 31 de diciembre de 2003

Momento de emprender
El aumento de la población mayores de 65 años reclama cambios en la sociedad

María Laura Favarel / La Capital

Argentina es el país más viejo de Latinoamérica en porcentaje de población de adultos mayores, asemejándose a las naciones europeas. El último censo nacional demostró que aumentó la población de mayores de 65 años en la última década.

Los últimos datos reclaman cambios. Los organismos oficiales deberían generar programas que atiendan a las necesidades de la tercera edad, y la sociedad en su conjunto adaptarse a las nuevas exigencias.

Perla Milessi, licenciada en trabajo social, vice presidenta de la Red Gerontológica de San Lorenzo y miembro de la Red Iberoamericana de Asociaciones de Adultos Mayores propone considerar la vejez como una etapa natural de la vida. "Es el momento de desarrollar actividades que antes por el trabajo o la familia no se pudieron hacer. Es el tiempo de la creatividad", explicó en la conferencia que dictó en las IV Jornadas de Epidemiología y Prevención en el Adulto Mayor, que contó con 684 inscriptos y se desarrolló en nuestra ciudad.

El adulto mayor pasó a tomar parte activa en la comunidad, cuando años atrás estaba recluído a un rol pasivo. Desde las Naciones Unidas se impulsan la participación, dignidad, independencia y autorrealización en la tercera edad. Los adultos mayores hoy salen a reclamar sus derechos, se integran a centros de jubilados, clubes de abuelos y organizaciones no gubernamentales. "Pero para todo esto es fundamental el apoyo de la comunidad", subrayó en diálogo con La Capital Milessi quien animó a las familias a conformar una verdadera red de apoyo, al igual que el barrio y los amigos.

La familia debería prestar más apoyo afectivo y contenerlos más, permitirle que la persona pueda exponer sus necesidades. "A veces los familiares resuelven situaciones sin preguntarles. Por ejemplo, la internación geriátrica o la venta de la vivienda familiar sin consultarles qué quieren hacer con su casa. No consideran que ésta hace a su historia de vida", explicó.

La persona internada en un geriátrico pierde sus referentes, su cama, su mesa de luz, y eso genera serias dificultades.

El cambio está en marcha. Son numerosos los adultos mayores que se reemplean en distintas actividades. Muchos descubren habilidades que no habían desarrollado antes como la pintura, la escultura, comienzan a cantar, a realizar actividad física o escriben en talleres literarios. A su vez, se despierta en ellos una nueva forma de socialización a partir de estos espacios de encuentro.

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Más de 40 adultos mayores se capacitaron.

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