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 sábado, 22 de noviembre de 2003

A 40 años del asesinato del presidente norteamericano en Dallas
Kennedy: las teorías conspirativas siguen vivas

Washington. - El asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy hace hoy 40 años no sólo generó un luto nacional, sino también una industria de teorías conspirativas hasta hoy en día.

Kennedy se encontraba en Dallas el 22 de noviembre de 1963, como parte de su gira por la reelección que buscaba en 1964. La procesión pública tenía como fin mostrar a Kennedy recibiendo las ovaciones de una multitud en Dallas, una ciudad que había votado claramente en su contra en las elecciones presidenciales tres años antes. Unas 200.000 personas se habían reunido para ver el desfile. Exactamente a las 12,30 del mediodía, la esposa del gobernador Connally, Nellie, giró hacia Kennedy en el asiento posterior y le dijo: "Señor presidente, no puede decir que Dallas no lo ama". "No, realmente no se puede", respondió Kennedy. Fueron sus últimas palabras. Un momento después, se dispararon tres tiros.Apenas 90 minutos después del asesinato fue arrestado Lee Harvey Oswald. De 24 años, había abandonado los estudios secundarios y era un estudioso del marxismo. En 1959 viajó a la Unión Soviética. Regresó a Estados Unidos en 1962, con una esposa rusa. Apenas un año después de la crisis de los misiles con Cuba, el hecho de que matara al presidente una persona que había disfrutado de la ayuda del mayor enemigo comunista de Estados Unidos parecía una coincidencia imposible.

Dentro de las 48 horas posteriores al asesinato de Kennedy, el mismo Oswald murió a causa de una sola bala, en el estacionamiento de la cárcel de Dallas. El atacante fue inmediatamente arrestado e identificado como Jack Ruby, dueño de un club nocturno de Dallas relacionado con el crimen organizado.

Siete días después del asesinato de Kennedy, el presidente Lyndon Johnson ordenó a una comisión, liderada por el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Earl Warren, investigar los incidentes de Dallas. Rápidamente se diseminaron las teorías conspirativas. La más famosa sería la sustentada en las investigaciones del fiscal Garrison (ver infografía).

La comisión Warren descubrió que Oswald había visitado las embajadas soviética y cubana en ciudad de México semanas antes del asesinato, pidiendo visados. Fue fácil ver la mano negra de los servicios de inteligencia comunistas.

Johnson siempre sospechó del líder cubano Fidel Castro, otros apuntaban de la comunidad cubana exiliada.Luego estaba la conexión con la mafia, que sufría la persecución del secretario de Justicia Robert F. Kennedy, hermano del presidente. El hecho de que la muerte de Kennedy se produjera en Texas dejó una sombra de sospecha sobre Johnson. La teoría que quizá haya perdurado más es que la CIA y el "complejo militar-industrial" urdieron el asesinato para que Kennedy no echara a perder la lucrativa participación de Estados Unidos en la guerra de Vietnam.(DPA)

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