Levantan vuelo

Los Pumas cumplieron y se van al Mundial

Cerraron la preparación para el torneo ecuménico con una amplia victoria sobre Rosario en una cancha de Central Córdoba repleta

Pablo F. Mihal y Aníbal Fucaraccio / Ovación

El marco fue el más adecuado para la ocasión. La despedida de Los Pumas de estas tierras se desarrolló alrededor de una verdadera celebración autóctona, como ellos se lo merecían. Diez mil espectadores llenaron de auténtica pasión rugbística el Gabino Sosa que debió sentirse invadido por una cultura foránea, desconocida, pero igualmente intensa en su arraigo emocional. Y aunque el seleccionado argentino de rugby no brindó un gran espectáculo, esta vez más que nunca, la fiesta excedió al mismo partido.

Los Pumas vencieron 55 a 10 al representativo local. Los numerosos cambios realizados por los dos conjuntos prácticamente eximen de una mayor profundidad en el análisis. Sobre todo si se tiene en cuenta el contexto de equivalencias que se ve avasallado claramente en esta oportunidad por cuestiones más que obvias.

En el primer tiempo el conjunto albiceleste fue de mayor a menor. Empezó como para llevarse a su rival por delante y terminó navegando entre las imprecisiones y la falta de control de la pelota.

Algo realmente llamativo ya que Marcelo Loffreda había expresado en la semana que uno de los desafíos más significativos en un encuentro de estas características era la necesidad de mantener la concentración y el nivel de intensidad en el juego durante los ochenta minutos.

En los pasajes iniciales Los Pumas monopolizaron la pelota, avanzaban con sus delanteros, provocaban el agrupamiento de los rosarinos en algunos sectores determinados de la cancha y luego explotaban la diferencia numérica que siempre quedaba por afuera. Martín Gaitán y Juan Martín Hernández fueron los hombres más destacados en ese aspecto ya que hicieron pesar su potencia y velocidad.

Rosario tenía poco la ovalada y se le complicaba a la hora de armar una estrategia de juego sustentable. El line era la fuente de obtención más confiable aunque tuvo algunos altibajos. Los hombres del ñandú trataban de no exponerse demasiado y protegerse cuando ganaban la posesión.

Pero Los Pumas en esos instantes eran muy superiores. Incluso se llegó a ver a Martín Scelzo, un pilar de más de 100 kilos, imponerse en velocidad a Nicolás Morcino luego de que el ex Hindú le tapara un kick al apertura.

Los locales de a poco fueron sacando a escena su enorme amor propio. El tackle firme y una presión cada vez más asfixiante le quitaron a su adversario la continuidad y la profundidad de los minutos iniciales.

Si hasta el Vasquito Irurueta se dio el enorme gusto de marcarle un hermoso try al seleccionado nacional. Farré ganó la mitad de la cancha, Moliné sumó metros y luego de un par de pases el pilar de Universitario se zambulló en el ingoal con su marca a cuestas. Así el primer tiempo se fue con un 22 a 10 más que digno.

En el complemento Los Pumas mejoraron en el scrum y la pareja de medios pareció más aceitada (estuvieron Pichot y Felipe Contepomi en los 40 finales). Pero esa calidad de juego que se le exige a un seleccionado en estos casos lamentablemente no apareció en ningún momento. Pudo haber sido por descuidos o desconcentraciones, o ambas. Y también hubo mucho mérito de Rosario, un conjunto que se brindó entero para despedir a estos Pumas que ya levantan vuelo hacia Australia con algunos detalles como cuentas pendientes.

Corleto va hacia el try bajo la mirada de Pichot.