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sábado,
24 de
noviembre de
2007 |
Impacto oficial y tres renuncias
Las repercusiones por el caso Dalmasso derivaron en las renuncias del fiscal General de Córdoba, del secretario de Seguridad provincial y de uno de sus asesores letrados.
Rafael Magnasco se desempeñaba como asesor letrado de la Secretaría de Seguridad y cuatro días después del asesinato, ante los rumores que lo relacionaban con la víctima, se presentó ante la Justicia.
Se hizo extraer sangre para que se cotejara su patrón genético con el de los fluidos hallados en la escena del crimen. Pero, a raíz de esa presentación, quedó imputado en el grado de “sospechas leves”. Magnasco renunció días después a su cargo de asesor y fue sobreseído en marzo pasado.
En tanto, cuando en diciembre pasado la investigación recién comenzaba y tenía varias pistas, el secretario de Seguridad de Córdoba, Alberto Bertea, renunció a su cargo para evitar presuntas sospechas que indicaban que desde su función podría “entorpecer” la investigación del crimen.
Por otro lado, en febrero último, luego de haber estado en Río Cuarto para interiorizarse de la causa y de enviar desde Córdoba a Marcelo Hidalgo como tercer instructor judicial para sumarse a la pesquisa, el entonces fiscal general de la provincia, Gustavo Vidal Lascano, presentó su renuncia.
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