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 domingo, 04 de noviembre de 2007  
Turismo: la inflación local acerca los costos con Brasil
A pesar del tipo de cambio hay más consultas para viajar al país vecino

El sueño del tono dorado en la piel, más disponible en las playas brasileñas, vuelve a ponerse al alcance del bolsillo. Si bien no significa que veranear en tierras cariocas se haya vuelto barato, reposar en la Costa Atlántica o a los pies del Cristo Redentor costará casi el mismo dinero y con un plus; en Brasil el factor climático suele ser más benigno y previsible que el de las playas argentinas.

En la agencia Asatej confirmaron que las mayores diferencias residen en los costos de comida, transporte y ubicación en las playas y que en Brasil los precios no están dolarizados como sucede en algunos destinos de Argentina, donde las tarifas parecen armadas sólo para bolsillos extranjeros.

Hoy por hoy pasar siete noches en Buzios, con pasaje aéreo y opíparos desayunos brasileños, sale algo más de mil pesos. Pasar el mismo tiempo en Mar del Plata, con traslado en bus, oscila entre los 750 y los 850 pesos.

Según los vendedores del Grupo Carey de Turismo, desde que el Aeropuerto de Rosario incorporó salidas directas al país vecino la gente volvió a pensar en veranear en Brasil. “Consultan mucho más por Brasil que por la costa argentina”, confesaron. En esa agencia ofrecen un paquete básico en Mar del Plata a 750 pesos y el mismo (incluye traslado en micro, desayuno y alojamiento) sale 1.050 pesos en las ciudades de moda del sur de Brasil. Por supuesto que habrá que pensar en más dinero si se elige la salida en avión.

Comparaciones

Si bien la moneda brasileña está más apreciada que el peso argentino respecto del dólar, los costos de los servicios y comidas en las playas del Brasil suelen ser más económicos que en la Costa Atlántica.

Para ubicarse un poco, una carpa familiar en un balneario de Mar del Plata cuesta 200 pesos por día, mientras que una sombrilla y una reposera en plena Ipanema salen entre 6 y 10 pesos. Rentar una cabaña en la mejor zona de Copacabana cuesta entre 1.800 y 2 mil pesos por quincena, mientras que en Mar del Plata hay que pensar en un costo de entre 1.500 y 2.000 pesos por un dos ambientes con ubicación céntrica.

Ni qué hablar de la comida. En Brasil , 80 pesos permite que dos comensales tengan acceso a las más variadas delicias tropicales con tenedor libre, o con 45 pesos comerse una pizza con cerveza. En cambio, cenar en un restaurante sin estridencias en la Costa Atlántica no cuesta menos de 90 pesos, sin incluir los aumentos estacionales que podrían surgir de acuerdo la llegada de los turistas.

En lo que si parecen esforzarse los brasileños es en defender su eslogan de que “alegría nao ten fim”. Una caipirinha, depende dónde se la compre, sale entre siete y diez pesos. Notablemente más barata que los casi 20 pesos que se paga por cualquier trago en un parador atlántico.

C.E.
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