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 domingo, 14 de octubre de 2007  
La estrategia de Binner

Por Mauricio Maronna / La Capital
Austeros, ascéticos, con perfil decididamente técnico. Ese es el mensaje que envió Hermes Binner a la sociedad santafesina con su sorpresivo anuncio del gabinete, el viernes por la mañana.

   “Ahora vengo yo, porque me toca”, fue la señal ricotera del ex intendente hacia adentro del Frente Progresista y de su propio partido a la hora de decidir los nombres de los futuros ministros, una especie de pulpa binnerista que se adelantó a las presiones y al run run insinuante que comenzaba a aparecer desde el campo aliado.

   Esa es la primera gran entrelínea de las designaciones (previsibles en la mayoría de los casos) y no la cuestión chauvinista de la eterna tirria entre Santa Fe y Rosario, superada largamente al conocerse el resultado electoral. Binner tiene los votos, la legitimidad de origen, el espacio y el tiempo a su favor. De eso se habla cuando se lo menciona como “el gran elector”.

   La escudería socialista se columpia sobre dos ejes: Antonio Bonfatti y Angel Sciara. El actual diputado provincial, desde la cartera de Gobierno y Reforma del Estado, tendrá que motorizar lo que su jefe pregonó durante la campaña: modernizar la burocracia (aunque parezca un contrasentido) y llevar adelante la reforma política. El contador Sciara, desde Economía, arrancará con un buen hándicap de caja si es verdad lo que se ventila desde el justicialismo, herido tras la derrota: Obeid dejaría un formidable colchón para que la nueva administración no tenga sobresaltos.

   El problema más inquietante hoy por hoy para los santafesinos está relacionado con la inseguridad, un potro indomable que va extendiendo su capacidad de daño hacia toda la geografía. El gran déficit que tuvieron las administraciones peronistas fue manejar este tema desde el Ministerio de Gobierno, tan cargado de ítems que vivió a salto de mata. El manejo de la policía, la implementación de la reforma judicial, las cuestiones políticas y electorales son temas lo suficientemente variopintos como para concentrarlos en una única estructura. Por eso decidió crear el Ministerio de Seguridad, una rareza por estos lares.

   La pertenencia geográfica de los ministros es como una inmensa chimenea que larga humo. La predominancia de rosarinos en el gabinete se explica por sí sola. Binner ha gobernado con éxito durante 8 años la ciudad de Rosario, y desde su centro de estudios fue preparando pacientemente el tink thanks que, el 11 de diciembre, dirá “sí juro” en una jornada histórica. También ha entendido la brutal interna que acecha al justicialismo y que disparará sus primeros fuegos luego del 28 de octubre. “Con una administración que se va no se puede hablar de gobernabilidad”, le dijo el mandatario electo a La Capital, tirándole un centro perfecto a Carlos Reutemann, el único peso pesado que sigue en pie tras el impiadoso 2/9.

   No fue más que la confirmación de lo que aquí se viene escribiendo: apenas se leyeron los resultados de septiembre el socialismo comprobó que el poder real del PJ está en manos de los senadores y de los caciques territoriales que revalidaron títulos. No escapa a esa lógica la designación de un peronista rafaelino (Omar Perotti es uno de los dirigentes que capeó el temporal electoral) para manejar el estratégico Ministerio de la Producción.



La primera prueba. Reutemann (quien decidió no concurrir al acto de Cristina Kirchner en Santa Fe tras comprobar un clima “extraño” hacia su persona en el lanzamiento rosarino de la candidata) dijo que no pondrá trabas al futuro gobierno. La primera constatación se dará cuando la Legislatura apruebe los 5 nuevos ministerios que Binner decidió crear. Todo un desafío para el nuevo Ejecutivo: ¿se puede agilizar la pesada carga de la burocracia ampliando las carteras y, lógicamente, tejiendo una nueva red de secretarías y subsecretarías?

   Sabedor del efecto rosarino de sus designaciones, el líder socialista guardó para sí los nombres, la fecha y el horario del anuncio. Y lo hizo desde la ciudad de Santa Fe.

   En poco menos de un mes empieza la hora de la verdad.
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Gobernador electo Hermes Binner.


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