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 domingo, 14 de octubre de 2007  
España salda cuentas con la historia
La ley de “Memoria Histórica” que impulsa Zapatero reparará afrentas del franquismo

Madrid. — Porfirio, Francisco, Eduardo y Joaquín confiaron en las palabras del general Franco: “Los que no tengan las manos manchadas de sangre, que no teman”, prometió durante la Guerra Civil española (1936-1939) el militar cuya posterior dictadura duraría cai 40 años.

   Creyéndose seguros, los cuatro jóvenes milicianos republicanos se entregaron el 5 de noviembre de 1937 en Palacios del Sil, un pueblo del norte de España. No habían matado a nadie y sólo querían volver con sus familias. Pero ese deseo no se cumplió. La misma noche, los cuatro hombres, todos de unos 20 años, fueron subidos por las tropas franquistas a un camión y fusilados en las afueras de la localidad junto con otros camaradas. Todavía hoy, casi 70 años después, una de las calles principales de Palacios del Sil (500 habitantes) está dedicada a Franco: la “Calle del Generalísimo”. Igual que numerosas otras calles y plazas de toda España.

   Pero no lo será más, en principio: las últimas modificaciones de la futura ley de “Memoria Histórica”, aprobada por un grupo de trabajo del Parlamento, establecen que todos los símbolos del régimen franquista, tanto escudos como insignias, placas y otras menciones conmemorativas, deberán desaparecer. También la Iglesia deberá retirar las placas todavía visibles en muchos templos, donde reza “Caídos por Dios y por España” junto a la lista de los franquistas locales muertos.

   Sin embargo, para muchos supervivientes hay un asunto más importante que el de los símbolos: la anulación de las sentencias del régimen. El proyecto de ley abre la posibilidad de solicitar de forma individual una revisión ante el Tribunal Supremo. El gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero descartó la anulación general de las sentencias por cuestiones de constitucionalidad. Esto ha provocado que un pequeño partido republicano catalán (ERC) y asociaciones de víctimas rechacen la norma, ya que consideran que debería declarar la nulidad total de las condenas.

   “La ley es injusta, supondrá para las víctimas un peregrinaje por los juzgados españoles para buscar la anulación de unas sentencias que no llegaría nunca”, dijo Ana Viéitez, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Represaliados de la II República por el Franquismo. Muchos de los supervivientes tienen ya más de 80 años.

   Durante la Guerra Civil, en la que murieron unas 600.000 personas, no solamente fusilaron los franquistas: se estima que los republicanos mandaron al paredón a al menos 50 mil franquistas y sus aliados. En las ejecuciones posteriores a la guerra, Franco murieron otros 100.000 republicanos.

“Transición olvidada”. También la oposición conservadora rechaza la futura ley, aunque por motivos opuestos. Según el Partido Popular (PP, el segundo en importancia de España), “reabrirá viejas heridas y dividirá a España”. El proyecto “rompe con el mejor espíritu de la Transición”, alega el secretario general del PP, Jorge Fernández Díaz. Es la Transición democrática y no la Guerra Civil, la que se debe conservar en la memoria colectiva, alegan los conservadores españoles.


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Falangistas manifiestan con banderas históricas contra la ley de “Memoria Histórica”.



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