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 domingo, 14 de octubre de 2007  
Talleres vivenciales: liberar el cuerpo ilumina el alma
En qué consisten los encuentros grupales que invitan a despertar y descubrir sensaciones

Florencia O´Keeffe / La Capital

Cada taller es un espacio de exploración que permite liberar los sentimientos, desatar la creatividad y conectarse con lo placentero. Que invita a través del juego y la expresión del cuerpo a encontrarse con uno mismo o “con otras versiones de uno mismo”. Una actividad que ofrece la posibilidad de hacer una pausa para mirarse y mirar a los otros. Un volver a casa.

   Con el psicodrama como herramienta, dos psicólogas rosarinas con amplia formación en esta temática, proponen a la comunidad talleres expresivo vivenciales que consisten en encuentros grupales de jóvenes y adultos de ambos sexos donde a partir de una consigna determinada se intenta que cada participante se movilice internamente para que pueda conectarse con sus pensamientos y sensaciones.

   El objetivo es “vivir algo diferente, jugar, reencontrarse y compartir con otros hasta donde estén dispuestos, sin compromisos ni obligaciones”, explica Natalia Costanti, psicóloga coordinadora de grupos. Para ello, junto a su colega y psicodramatista Carla Nicola, recurren a diversos elementos siempre basándose en el psicodrama como metodología. Expresión corporal, representaciones teatrales, dibujos, escritura y modelado con arcilla son algunos de los recursos que permiten que los participantes se diviertan y se zambullan en su sensibilidad para descubrir “aunque sea, una parte chiquitita de uno mismo que estaba dormida o escondida”, dicen las integrantes de Trazos Grupales.

   El psicodrama es una herramienta que surge de la psicología y que en general trabaja con grupos (también puede utilizarse en forma individual). Es un conjunto de técnicas, pasos y recursos dramáticos basados en una trama con una secuencia determinada. Nacido en Viena y creado por Jacob Leví Moreno, su uso se extendió por todo el mundo. Su mentor lo definió como “un método para sondear a fondo la verdad del alma a través de la acción”.



Para todos



Para asistir a los talleres que coordinan Nicola y Costanti —que se dictan cada uno o dos meses— no se necesita ninguna condición física ni anímica especial. No requieren conocimientos de plástica, teatro, ni de ninguna otra disciplina artística, como tampoco hace falta estar físicamente en forma. “Cada uno sigue la propuesta desde donde lo entiende y lo siente. Acá no se trata de hacerlo bien o mal sino de dejarse llevar”, comentan las profesionales.

   La idea es relajarse, animarse, desestructurarse. Despojarse de los prejuicios y rescatar al niño que fuimos. “Es muy interesante lo que sucede cuando simplemente alguien llega al taller y lo invitamos a sacarse los zapatos. Ese solo acto puede ser estimulante para algunos o motivo de inhibición para otros. Lo bueno es que al terminar los encuentros la devolución de la gente es muy intensa”, relata Nicola.

   “Nunca me imaginé que a través de un taller iba a estar entendiendo aspectos centrales de mi vida”. “Es increíble cómo a partir de ese personaje entendí mi relación con mi hermano”. “Nunca hablo, no sé cómo me animé a hacerlo acá”, son algunos de los comentarios de quienes ya han concurrido.

   Estos espacios que proponen las psicólogas de Trazos Grupales no intentan ser una terapia y ni siquiera es necesario que quienes asisten tengan alguna experiencia con el psicoanálisis u otras ramas de la psicología. “Es una experiencia que se abre y se cierra en cada evento. La idea es que cada persona se lleve algo y que con eso que descubrió o rescató haga lo que desee o pueda”, destaca Nicola.

   Algunos de los temas de los talleres realizados fueron “Jugando con los personajes que nos habitan”; “La danza entre lo masculino y lo femenino”; “Abriendo puertas: hacia un encuentro con uno mismo”; “Las marcas del poder en el cuerpo: descubriendo complicidades”.

Los talleres son itinerantes ya que la elección del lugar depende de las necesidades de cada propuesta. El próximo es el 27 de octubre y tendrá la participación de otras coordinadoras: “Dimos el puntapié para crear Trazos Grupales pero no queremos que sea un espacio cerrado, por eso invitamos a participar a profesionales que incluso tienen una formación diferente a la nuestra”, explican Nicola y Costanti. Antes de fin de año habrá otro taller (ver aparte).

   Trabajar con otras formas de expresión, no sólo con la palabra, permite encontrar nuevas sensaciones. “La corporalidad humana es abierta y algo sumamente valioso que hay que recuperar porque a través de pasar por el cuerpo uno logra ver la realidad e interactuar con ella de manera diferente”, dicen. Nada menos.
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