Goteras, rajaduras y abandono en el observatorio municipal

Las serias falencias del lugar de esparcimiento se suman a las que tiene el planetario

Silvia Carafa / La Capital

El Complejo Astronómico Municipal (observatorio, planetario y museo experimental) parece más alejado de la inversión oficial que Plutón del Sol. Personal calificado con profunda vocación por lo que hace y capaz de resolver problemas y limitaciones hace frente a diario a las falencias de una estructura que tiene años. Algunos problemas obedecen a la fatiga de los materiales y otros la falta de actualización. Hay goteras, rajaduras en las paredes, no existen ascensores y falta climatización en un lugar al que asisten miles de alumnos y una buena cantidad de turistas.

   También quedó atrás la cantidad de baños necesarios para cientos de niños por día, divididos en tres turnos de 250 alumnos cada uno. Además, aflojó la presión de agua y las personas mayores o quienes tengan alguna dificultad motora no pueden subir al planetario porque no hay ascensores.

   Pintura, impermeabilización y modernización del instrumental son algunas de las cuestiones a saldar en el observatorio, un ámbito que a nivel nacional tiene el reconocimiento de sus pares. “Esta es la única institución astronómica municipal reconocida en forma oficial por la Asociación Argentina de Astronomía, vinculada a su vez a la Unión Astronómica Internacional”, explicó el director del observatorio local, Roberto Aquilano, quien desde 2006 preside la entidad de rango nacional.

   Para Aquilano, el reconocimiento cosechado es un hecho importante. “A veces duele un poco que el acompañamiento no sea el esperado, porque demandó un gran esfuerzo”, aseguró y dijo que el profesionalismo que tiene el lugar viene de la mano del convenio firmado con el Instituto de Física Rosario (Ifir), en el que convergen especialistas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y del Conicet.

   Con la forma de un cometa, en el sector suroeste del parque Urquiza se extiende el Complejo Astronómico Municipal, una construcción que alberga al planetario “Luis C. Carballo”, al Museo Experimental de Ciencias y al observatorio astronómico “Victorio Capolongo”. Este último es el único de estricta incumbencia municipal ya que para los dos restantes el gobierno local articula con una Fundación.

   Es la propia fachada del observatorio la que envía el primer mensaje del paso del tiempo con varios manchones de humedad y la ausencia de una pintura homogénea. Para quienes trabajan en el lugar, las cuatro décadas que tiene el inmueble dejaron rastros en la estructura, sobre todo por sus características especiales de construcción. Ahora, cada vez que llueve el agua filtra por distintos espacios, incluidos los bordes de las ventanas. Tuvieron que mover de lugar escritorios y computadoras; además se anegó el techo y provocó problemas en la cúpula

   Entre las dificultades, los empleados del lugar no olvidan las copiosas precipitaciones de marzo, cuando entró agua por distintos lugares. En esa ocasión también se inundó el techo y hubo inconvenientes en la cúpula.

   Para hacer frente a los problemas no sobran los recursos. “Tenemos muy poco presupuesto”, reconoció Aquilano. La Municipalidad paga sueldos y servicios y asigna una mensualidad de 1.150 pesos que opera como caja chica , en el sentido casi literal de la palabra. Para las reparaciones y repuestos del instrumental técnico, todos elementos de importación, se utiliza el dinero que se recauda con el peso de entrada que pagan las escuelas que visitan el lugar, siempre y cuando puedan hacerlo.

La fachada del observatorio, que depende de Cultura municipal.