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viernes,
28 de
septiembre de
2007 |
“En nuestra música hay más cuestionamientos que respuestas”
Café Tacuba llega hoy a Rosario para mostrar los temas de su próximo álbum, “Sino”. Quique Rangel habló de las virtudes, los riesgos y la esencia del arte del cuarteto mexicano
José L. Cavazza / La Capital
Salieron de Ciudad Satélite, en el conurbano del Distrito Federal azteca, a fines de los 80. Versátiles, cambiantes, multifacéticos y divertidos, terminaron siendo la banda de rock que mejor representa la identidad nacional mexicana. Café Tacuba, de ellos se trata, salió otra vez a la ruta latinoamericana y esta noche, a las 21.30, se presentará en el Auditorio Fundación en un recital donde presentarán algunos de los temas de su próximo álbum, “Sino”, que se editará el 9 de octubre.
En una charla telefónica con La Capital, Quique Rangel, bajista del grupo, habló de las nuevas canciones, de la esencia de la música del grupo, de las búsquedas y los riesgos, y hasta del nuevo personaje del cantante Rubén Albarrán.
—Ustedes siempre editaron primero el disco y después lo tocaron en sus shows, ¿esta vez será distinto?
—Este disco va a salir el 9 de octubre, sin embargo desde hace un mes y medio, cuando tuvimos nuestras primeras presentaciones del verano mexicano, empezamos a adelantar varios de los temas nuevos, incluso, antes de haber sido grabados. También los tocaremos aquí en Argentina. Pero es cierto, aunque nuestra norma siempre fue no tocar en vivo temas que aún no fueron editados, esta vez haremos todo lo contrario.
—Esa idea de cambiar constantemente, ¿sigue vigente en “Sino”?
—Pues mira, esta idea no es premeditada, sino una constante búsqueda. En este disco lo novedoso es que no tiene ese elemento que abundó en nuestros primeros discos, que es la influencia directa de la música tradicional mexicana. Creo este será el álbum más cercano a un sonido de rock. Eso, probablemente, no es novedoso en ningún otro grupo pero en el nuestro es todo un descubrimiento...
—¿Menos mexicano?
—Quizá. En algunos temas se pueden reconocer como influencia a grupos que escuchábamos en los 80, antes de formar Café Tacuba. Bandas que nos gustaban en la adolescencia, Led Zepellin, los Rolling.
—¿Cuál es el riesgo de experimentar?
—El riesgo siempre está. Antes de empezar un disco sabemos que eso implica un riesgo. Lo entendimos así desde el principios. Incluso cuando salió nuestro primer disco, después de tocar 18 años sin la posibilidad de grabar, hubo un público que dejó de seguirnos porque pensaba que había cambiado algo en la banda, que nos habíamos profesionalizado. Esos riesgos los tuvimos a lo largo de nuestra carrera pero al final nuestra música siempre encontró el contacto con la gente. Y no estamos pensando en un público específico al que están dirigidas nuestras canciones. Si pensáramos en eso nos equivocaríamos porque, seguramente, pensaríamos en alguien muy parecido a nosotros, de nuestra misma generación, con nuestros intereses, que viva en nuestra ciudad y que haya crecido con nuestras influencias. Y esa no es la media de nuestro público. Por eso, por suerte, nuestra música se desarrolla por sí sola y es escuchada por gente muy diferente a nosotros.
—¿Cuál es la esencia de la música de Café Tacuba?
—Hay un constante planteamiento que, aunque en algunos casos parezcan declaraciones de principios, no pretende necesariamente que la gente piense como nosotros. Eso sí, creo que tenemos muchos más cuestionamientos que respuestas en nuestra música.
—¿Una de las características más fuerte es la visión urbana pesimista que tienen?
—Sí, y creo que es porque crecimos en una ciudad que nos permite eso. Crecimos en un suburbio del Distrito Federal donde empezamos a cuestionarnos sobre lo que debería ser lo mexicano y después nos preguntamos si queríamos ser una banda de rock o un grupo de música cotemporánea vanguardista. También, nuestra relación con la gran ciudad es de amor odio.
—¿“Sino” está también en ese camino?
—Seguro. Aunque de un modo más instrospectivo y reflexivo. Se nota que estamos cerca de los 40 años (risas)...Se ve que hay un camino recorrido.
—Los proyectos alternativos, ¿pusieron en peligro alguna vez a Café Tacuba?
—Nunca. Desde el primer proyecto solista, que fue el de mi hermano Joselo, no hubo problemas entre nosotros. Café Tacuba es el núcleo creativo donde están expresados los pensamientos y sentimientos, pero sabemos que hay cosas y necesidades tan personales que no caben en esta colectividad.
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Fotos
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Café Tacuba toca esta noche en el Auditorio Fundación Astengo.
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