Personas sordas reclaman una mayor inclusión social

Hoy debatirán sobre salud, educación y legislación en torno a la hipoacusia en la plaza Montenegro. También quieren una mayor difusión del lenguaje de señas para integrarse a la sociedad

Silvia Carafa / La Capital

Las voces de quienes no escuchan se harán oír hoy, a las 14, en la plaza Montenegro, cuando en cadena con sus pares del país y el mundo manifestarán a favor de la lengua de señas. Además participarán de la jornada municipal “El derecho a la comunicación”, que abordará aspectos de salud, educación y legislación en personas sordas, que se realizará en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia, a partir de las 8. Mayor inserción y calidad de vida para los hipoacúsicos son los objetivos de máxima del encuentro.

   “La idea es proponer y crear un espacio para discutir y escuchar las dificultades y tareas que se realizan en relación a la sordera”, explicó desde la Dirección de Inclusión para Personas con Discapacidad, Viviana Marchetti. Y aseguró que la reunión surgió como respuesta a la demanda de los docentes de niños sordos, que deben ayudarlos a sortear uno de los muros más altos: la falta de comunicación. Escolaridad, recreación, capacitación laboral o la simple gestión de un trámite son cotos vedados para quienes no pueden oír. Sólo a modo de ejemplo, en las reparticiones públicas no hay quien pueda atender a un hipoacúsico a través del lenguaje de señas.

   Según sus organizadores, la jornada permitirá hacer foco en los principales problemas que deben afrontar los sordos. Entre ellos, la baja calidad de alfabetización que suelen lograr las personas con hipoacusia y su correlato, las dificultades para insertarse productivamente en la sociedad. También se abrirá el debate sobre la falta de formación de profesionales en discapacidad auditiva y se hará hincapié en la poca difusión y conocimiento sobre el lenguaje de señas, lengua natural de las personas sordas.

   Además, en el marco de la jornada, los especialistas reclamarán el cumplimiento de la ley nacional Nº 25.415, sancionada en el 2001, y que establece la obligación de evaluar la capacidad auditiva de todo recién nacido para no demorar el tratamiento en el caso de ser necesario. Para María de los Angeles Lincho, del Programa de Atención al Discapacitado Auditivo, el desafío es “instalar la sordera como un problema de salud pública”.

   “El Estado debe implementar políticas que garanticen equidad de derechos para las personas con problemas auditivos”, aseguró Lincho. Y dijo que la Municipalidad trabaja desde hace diez años en un programa para la atención de las personas sordas que logró bajar la edad de la detección de la hipoacusia para acceder al equipamiento protésico temprano en bebés y niños de edad escolar. “Aun así resta mucho por hacer, como lograr derivaciones oportunas, ampliar el número de fonoaudiólogos para brindar atención a niños con menos recursos económicos e impulsar la formación de profesionales en lenguaje de señas”, detalló.



Voces del silencio. Si bien no hay cifras sobre la incidencia de esta enfermedad a nivel local, según las estadísticas uno de cada mil niños nace sordo y al menos tres, la desarrollarán en edad temprana. A estos números hay que sumar las hipoacusias traumáticas que puede sufrir cualquier persona durante su vida. Según el Programa de Atención al Discapacitado Auditivo de la Municipalidad, desde su creación en 1996 se atendieron 4.600 pacientes.



Obstáculos. “A una persona sorda no se la ve como discapacitada y le cuesta mucho conseguir ayuda”, definió Hilda Longo, intérprete del lenguaje de señas en la Asociación Sordomudos de Ayuda Mutua de Rosario, donde asisten unas 100 personas por año para aprender a comunicarse con quienes padecen sordera. “Nuestra lucha es que el Ministerio de Educación reconozca como una materia más al lenguaje de señas, que los certificados de quienes la aprenden tengan validez”, dijo y aseguró que el tema es una bandera que levantan desde hace años. Al igual que el acceso a un transplante cloquear para las personas con menores recursos económicos.

   Para la fonoaudiológica Cecilia Giordano, quien trabaja esta problemática con niños en el ámbito privado, el lenguaje de señas es una de las opciones que puede tomar un hipoacúsico. “Otras alternativas son el tratamiento y los avances tecnológicos”, explicó. Además de la Municipalidad, convocan a la jornada el Círculo de Sordos, la Escuela para Niños Sordos Nº 2.013 y el Instituto Superior del Profesorado Nº 16, Bernardo Houssay. l