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viernes,
28 de
septiembre de
2007 |
Sobre otras inseguridades
El viernes 14 de este mes, a eso de las 17.20, estaba lloviendo copiosamente y por eso decido ir a buscar en auto a mi hijo a la salida de la escuela que queda en Brassey al 8200. Obviamente estaba lleno de padres y vehículos esperando la salida de los niños. Trato de ubicar mi auto entre los árboles de la rotonda que da a los laterales de la Iglesia. Cuando aún no había estacionado me sobresaltan unos golpes muy fuertes en la ventanilla de mi lado. Era un hombre que, no conforme con golpear el vidrio, gesticulaba de forma amenazante. Bajé la ventanilla para oír qué decía, y entonces comenzó a gritarme que saliera de ese sitio, que estaba prohibido estacionar allí. Con asombro le pregunto que quién era él. Esto lo encolerizó más aún. Empezó a vociferar que era "bombero voluntario retirado" (sic) y que me denunciaría por "conducción peligrosa" (sic), para luego hacerse el que me tomaba la patente mientras manipulaba un teléfono celular. Con una mezcla de confusión y susto me fui del lugar, más que nada para evitar que el individuo viera a mi hijo. Días después, el martes 18, vuelvo a ir a la salida de la escuela a esperar y veo que ese señor está en ese mismo lugar. Entonces decido escribir esta carta para preguntar a quién pueda responderme, de dónde salen estos personajes, quién los contrata o autoriza para que se conviertan en patrones del espacio público; cómo es posible que cualquiera pueda arremeter con tal agresión e impunidad a ciudadanos comunes haciendo cosas comunes, como esperar a los chicos a la salida de la escuela. Asimismo, quiero avisar a los padres de la comunidad educativa de este barrio que a menos de 50 metros del colegio donde mandan a sus hijos acecha este sujeto de características violentas.
DNI 13.966.089
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