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viernes,
28 de
septiembre de
2007 |
La destacada
Sobre la luz de pánico
Soy el autor de la versión original de lo que llaman luz de pánico o alarma luminosa. En oportunidad del concurso abierto de ideas de abril de 1995 sobre sistemas de seguridad en taxis participé sin otro interés que el de ayudar. Tiempo después de presentar la propuesta a la salida de una reunión de autoridades me comentan la decisión de implementar mi idea en combinación con una alarma radioeléctrica conectada a la policía. Doce años después me entero por los medios que van a implementarla pero mal, y ese es el motivo de esta carta. La idea incluye una lamparita roja adentro del cartel de taxi, arriba del techo, que sólo cambia el color amarillo por rojizo para no ser advertido por el asaltante, y no potentes reflectores que iluminen el pavimento y enloquezcan al peligroso pasajero. No es la idea fuerza advertir a un patrullero, para eso es suficiente con la vieja señal de luces. El objetivo es comunicar el peligro a cualquiera que lo vea, cerca o distante, para que por teléfono o celular llame a la policía como quien ve humo negro y llama a los bomberos. No es el objetivo reprimir el robo, sino aumentar el temor a ser atrapado, desviando el botín a otros objetivos donde no haya vidas en riesgo. El bajísimo costo del sistema permite que todos lo tengan, más la ayuda de los medios en la difusión y la solidaridad de la gente se pueden evitar muchas cosas feas y trabajar más tranquilos.
Adolfo Recalde Cuestas, DNI 14.729.032
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