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 domingo, 09 de septiembre de 2007  
Trabajo. El 20 por ciento de los desempleados en el Gran Rosario tiene entre 40 y 59 años. Piden políticas públicas de inserción
Desocupados mayores no logran subir al tren de la recuperación laboral
Muchos quedaron sin empleo en los 90 pero también son excluidos en el actual modelo

Sandra Cicaré / La Capital

De licenciada en química con años de experiencia en una compañía a cuidadora de enfermos; de empleado jerárquico de un banco de primera línea a vigilante de un barrio privado o de contador en una empresa constructora a “changarín” administrativo. Historias que relatan la vida de muchos trabajadores de Rosario que quedaron fuera del mercado laboral en la “reconversora” década del 90 o durante la crisis de 2001. Tienen más de 45 años y están a mitad de camino de la jubilación. No pueden acceder al beneficio previsional por la edad, pero tampoco al mundo del trabajo por la exclusión de parte del sector público y privado a este segmento etario.

Según datos oficiales, el 20 por ciento del total de desocupados del Gran Rosario en el primer trimestre de este año está conformado por el segmento de edad comprendido entre los 40 y 59 años, un universo con serios problemas para poder reinsertarse en la vida laboral en función de los requerimientos que hoy tiene la demanda de empleo en la región.

Los avisos clasificados y los datos de las compañías selectoras de personal demuestran que el perfil de los requerimientos se caracteriza por trabajadores jóvenes (menores de 30 años) con alta capacitación o bien el mismo rango de edad pero de baja calificación para puestos de operarios.

Por eso, “al tema del empleo en la región hay que enfocarlo desde el lado de la oferta, no de la demanda”, expresó Daniel Ceresa, del Grupo de Reinserción Laboral + 45, una asociación conformada hace casi un año en la ciudad para instalar esta problemática en la agenda de discusión de las políticas públicas.

En ese sentido, la agrupación —conformada mayoritariamente por profesionales o trabajadores calificados que se quedaron sin trabajo en la última década y con un promedio de edad de 51 años— presentó una serie de propuestas al Concejo Municipal, a la Oficina Municipal de Empleo y a la Cámara de Diputados de la provincia, para lograr la reinserción de las personas adultas en el empleo formal, tanto del sector público como privado.

Sin embargo, más allá de los apoyos formales las iniciativas no fueron tratadas ni en la Legislatura ni en el Concejo y tampoco tomaron curso en las dependencias del Ejecutivo local.

“No somos una bolsa de trabajo sino un grupo que estamos buscando una solución integral al problema de la inserción laboral en este segmento”, advirtieron desde el grupo y explicaron que en la medida que se reducen los índices de desempleo, se va consolidando un núcleo duro de desocupados que no sólo está conformado por la gente sin calificación, a la cual el Estado debe atender con medidas asistencialistas, sino además este universo de trabajadores formados o profesionales que no logran resinsertarse sólo por peinar algunas canas.

Así, subrayaron que muchas veces es mentiroso el discurso actual que tienen muchas empresas que toman gente mayor con un cierto grado de capacitación ante la falta de mano de obra calificada. “Es una promesa o una ilusión que se termina cuando este trabajador mayor capacita a los jóvenes y luego es despedido y reemplazado por empleados más jóvenes y con sueldos muchos más bajos”, señalaron y pusieron como ejemplo el caso concreto de un miembro del grupo que se fue empleado como cocinero en un restaurante y a poco de formar a dos jóvenes en el oficio —y cuando debía ser blanqueado— fue despedido.

Desde la agencia Bumeran, un sitio web donde están disponibles bolsas de trabajo de empleos, procesos de reclutamiento y de selección on-line, precisaron que “contrariamente a la década de los 80 —cuando los famosos yuppies de 30 años eran gerentes— y de la década de los 90, cuando se pedía que los gerentes no tuvieran 40 años, en esta nueva etapa los mayores de 40 y de 50 encuentran muy buenas posibilidades de ejercer su profesión en empresas que hoy priorizan las características de una personalidad, sobre su edad”.

Sin embargo reconocieron que la demanda para esta edad está orientada a cubrir puestos de jerarquía donde se ponen en juego aptitudes como la formación académica, los conocimientos adquiridos, los puestos ocupados y las empresas donde la persona trabajó, según explicó Mariano Gorodisch de Bumeran.

Pero reconoció que para puestos de menor jerarquía “los profesionales mayores de 40 no tienen tantas posibilidades”, debido a que “si han cumplido esa edad y no han podido crecer en sus puestos, tienen disminuida la posibilidad de postularse”, dijo.



Las iniciativas

Ante esta situación y con la idea de darle un sustento en el tiempo, el Grupo de Reinserción + 45 sugiere a través de las propuestas presentadas a la Legislatura y el Concejo Municipal, que los diferentes estados asuman un rol activo.

Por eso proponen, entre otras cosas, que los entes públicos o las nuevas dependencias que se creen cuenten con un porcentaje mínimo de personal mayor de 45 años y al mismo tiempo extender estos requisitos a los contratistas y subcontratistas de la Municipalidad. “Pretendemos que se incluya en todo pliego de licitación que convoque el Estado municipal o empresa descentralizada la obligación de contratar personal mayor de 45 años en un porcentaje que establezca la ordenanza”, señaló Ceresa.

En ese sentido, fijaron un indicador de inclusión que surge de la sumatoria del porcentaje de desocupados y subocupados demandantes del aglomerado, que en el caso del Gran Rosario alcanzó el 15% en el primer trimestre de este año.

Para seducir a los privados, proponen una exención impositiva, que en el caso de la Municipalidad podría ser “una reducción de hasta el 50% en la alícuota del Derecho de Registro e Inspección (Drei)”, aunque aclaran que para obtener el máximo de reducción de la alícuota deben darse una relación igual o superior entre las remuneraciones totales pagadas al personal” y para aquellos contribuyentes que tengan más de cinco empleados.

La iniciativa local tiene antecedentes similares en otras jurisdicciones. En junio de este año la Legilatura porteña aprobó un proyecto para crear un un régimen especial de empleo para personas mayores de 45 años, que prevé beneficios para las empresas que empleen a desocupados mayores de 45 años.

El monto del beneficio para las empresas que contraten a ese grupo de desocupados será del 15% del salario mínimo vital, pero la autoridad de aplicación podrá establecer un valor superior mientras no sea mayor al 30% del monto señalado. Las empresas podrán incorporar nuevos trabajadores hasta un máximo de 10, siempre que no supere el 50% del personal actual.

De todos modos, esta ley no contempla al sector público como posible empleador y por otra parte instrumenta la iniciativa a través de subsidios a empresas donde se individualiza a los trabajadores, mientras que la iniciativa local busca la incorporación del rango etario pero sin identificación.



Empleo genuino

Los integrantes del Grupo de Reinserción Laboral + 45, en su mayoría ex trabajadores del sector administrativo, de servicios o el comercio calificados y muchos años de trabajo, descreen de las soluciones para salir del paso de las cuales muchos gobiernos (de todos los estratos) echaron mano para saldar la deuda social con este sector.

“No queremos subsistir ni sobrevivir, sino un trabajo digno y formal”, dijeron y por eso no creen conveniente propuestas del tipo de formación de cooperativas o microemprendimientos que en muchos organismos públicos proponen como salida laboral para los desocupados.

“Somos trabajadores formados que quedamos fuera del mercado pero con un período de actualización estamos capacitados para ocupar los cargos requeridos”, insistieron desde el grupo local.

Por otra parte, “la idea es recrear las condiciones de trabajo formal y estable porque en su mayoría se trata de personas que son sostén de familia y necesitan un empleo en esas condiciones”, explicaron.
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Cuando conseiguen trabajo, los mayores de 45 se ven obligados a aceptar condiciones precarias de trabajo.

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