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 domingo, 09 de septiembre de 2007  
El impacto en la estructura emotiva

“¿Qué día es? Todos los días son iguales”, se pregunta y responde José, ex empleado telefónico y hace casi diez años desocupado para explicar la cotidianeidad de un ex trabajador que todavía tiene edad para seguir en actividad y, aunque quisiera, no puede jubilarse porque quedó trunca su historia laboral en la década pasada.

La historia se multiplica por cientos en Rosario y los encuentros del Grupo de Reinserción + 45 sirven como catarsis para muchos hombres y mujeres que mayormente en la década del 90 fueron expulsados del mundo del trabajo y no lograron reinsertarse. “Estar dos o tres años sin trabajo también se convierte en una nueva barrera para acceder a un trabajo”, reflexionó Néstor, un ex trabajador ferroviario especializado, quien reconoce que muy pocos tienen habilidades para desempeñarse en lo que es su especialidad y aún así no puede ingresar al mercado laboral. “La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala en un documento que aquellos trabajadores que estuvieron más de un año sin trabajo aceptan condiciones de la empresa y del patrón que jamás hubieran aceptado”, explica la investigadora uruguaya Ana María Araujo en una publicación de la Rel Internacional.

La especialista de la Facultad de Psicología y de Humanidades de Uruguay explica que “hay un grado de quiebre en la combatividad de la gente y se admite cualquietipo de trabajo, se instala el miedo a que esta situación se revierta y a volver a estar desempleado”, con lo cual “se desata un proceso depresivo que pude ir del no levantarse de la cama por no tener fuerzas al no peinarse, vestirse e incluso hasta el suicidio”.

En ese sentido, desde el grupo local explican que “las personas que transcurrieron la mitad de su vida activa educados sobre la base del trabajo diario, fueron desplazadas del mercado formal y hoy están sin poder dar respuestas, sin poder reencontrar su lugar en la sociedad”.

Por eso José no sabe qué día es, porque el reloj ya no suena más a las siete para despertarlo con el fin de arrancar una nueva jornada de trabajo.
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