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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Duro de pasar
Un volante que ponía la pierna, duro de pasar. No necesariamente un creativo, por lo menos con la pelota en los pies. Así recuerdan a Rafael Bielsa algunos amigos de infancia con los que jugaba al fútbol.
Una canchita de Moreno y La Paz fue el escenario de algunos de aquellos encuentros. “Una tarde estaba lloviendo —dice Carlos Gandolfo— y Rafael se fue solo a jugar al fútbol al parque Independencia. Se armó los arcos con remeras y buzos, e iba relatando el partido, como si él fuera uno de los jugadores de Newell”s”.
En aquella época conoció también a Eduardo Sguiglia. “A los 11 años y nos enfrentábamos en algún torneo barrial de fútbol —dice—. Rafael jugaba en el mediocampo y Marcelo atrás. Y eran bastante ásperos, digamos que conservo sus recuerdos en varias partes de mis rodillas, gemelos y varias patadas. Eran férreos marcadores”.
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