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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Arruinado
El subjefe de Homicidios, Fabián Romero, cuenta que al ser detenido Edgardo Verón tenía elocuentes señas del castigo recibido: marcas de golpes y un ojo cerrado. “Lloró bastante. Se arruinó la vida. Tenía un antecedente menor por una situación doméstica, con la ex mujer. Esto no fue un pleito de delincuentes”, dijo.
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