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 domingo, 26 de agosto de 2007  
Un pionero comparado con el nazi Mengele

La primera exhibición de cadáveres plastificados la realizó en 1995 el médico alemán Gunther von Hagens, a quien el escritor Gunther Grass comparó con Josef Mengele, el “Angel de la muerte” de Auschwitz-Birkenau. Hagens se jacta de haberle mostrado a lo largo de una década sus cadáveres “plastinados” a unos 200 millones de personas. Y de haber recaudado alrededor de 200 millones de dólares (a un promedio de 10 dólares por cabeza) por lo que no es de extrañar que sus imitadores tiendan a proliferar como setas después de la lluvia.

   Premier es la principal competencia del Institute of Plastination de Von Hagens, pero no la única. La rivalidad entre ambas empresas se tradujo en multimillonarios juicios cruzados por los derechos de propiedad intelectual de la plastificación de cadáveres, contencioso en el que Premier afirma que, si bien el proceso que utiliza es muy parecido al de Hagens, no es igual, ya que sus muertos no están “plastinados”, sino “polimerizados”.

   “Usamos una técnica muy similar, pero que se ha ido modificando con el tiempo y hoy reúne lo mejor de la antigua y la actual”, argumenta Premier, lo que más que aclarar, oscurece.

   Ambas empresas pleitean también por el nombre de sus exhibiciones itinerantes (la de Hagens se llama Body Worlds o Mundos corporales) y a la disputa se ha agregado un tercer jugador, que expone su Bodies Universe Within (El universo interior de los cuerpos).

   Según la historia oficial, los restos exhibidos son de personas que los donaron (algo hay que decir: también se dice que Premier desembolsó 25 millones de dólares en China para garantizarse un flujo de cadáveres) en vida a “la ciencia médica”, pero esto no se puede comprobar, y llamaría mucho la atención que, de haber sido así, no se hayan conservado los nombres de donantes tan altruistas y desprendidos.
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