|
domingo,
26 de
agosto de
2007 |
La Madre Teresa sufrió una profunda crisis de fe
Cartas de la beata, conocidas recientemente, revelan su intensa angustia
La Madre Teresa de Calcuta, premio Nobel de la Paz, tuvo durante casi 50 años crisis de fe, según algunas de sus cartas que se han conocido recientemente y que son recopiladas en el libro “Mother Teresa: Come be my light” (“Madre Teresa: Ven, sé mi luz” .
La publicación incluye, entre otros, la correspondencia de la fundadora de la orden de las Misioneras de la Caridad con sus confesores y acompañantes religiosos.
Las cartas de la Madre Teresa de Calcuta revelan que estuvo profundamente atormentada y que pasó por períodos de duda respecto a Dios. Constantemente, ella afirmaba que padecía bajo la “oscuridad”, “soledad” y “congoja”.
Comparaba los sentimientos con el infierno y dijo una vez que eso la llevó a tener dudas acerca de la existencia del Cielo y hasta de Dios.
Silencio y vacío. “Jesús tiene un amor muy especial hacia ti”, le escribió al pastor Michael van der Peet. Pero “en lo que a mí respecta, el silencio y el vacío son tan grandes que miro y no veo, escucho y no entiendo nada... Te ruego que reces por mí para que Jesús me ayude”.
Su sonrisa, escribió en otro pasaje, era apenas “una máscara” o “un abrigo, que lo cubre todo”.
El autor del libro que saca la editorial estadounidense Doubleday (una editorial de Random House, propiedad del grupo de medios alemán Bertelsmann), el padre Brian Kolodiejchuk, reunió las cartas como material para postular la beatificación de la Madre Teresa.
La religiosa había pedido que su correspondencia fuera destruida. Pero el Vaticano ordenó que fueran preservadas como posibles reliquias de un santo.
La revista Time, que posee los derechos de la primera serie, publicó fragmentos de las misivas.
Nacida en Albania como Agnes Bojaxhio, se hizo famosa ante todo por su trabajo en los barrios pobres de la India. Tras su muerte en 1997, en octubre de 2003 fue beatificada. En la actualidad se están realizando los preparativos para su santificación.
Vacío interior. “La madre Teresa sintió un vacío como cualquier ser humano y las reveladoras misivas que compartió con sus colegas muestran su humildad”, dijo ayer el arzobispo de la ciudad de Calcuta, donde la religiosa vivió gran parte de su vida. “A pesar de enfrentar el lado negativo de la vida, ella permaneció firme en su camino hacia la santidad, así era su grandeza”, dijo el obispo Lucas Sircar, quien la conoció por décadas.
“Mother Teresa: Come be my light”, que sería puesto a la venta el 4 de septiembre, es una colección de cartas que la religiosa escribió a colegas y superiores durante 66 años.
En 1956, en una de sus cartas, escribió: “Un anhelo tan profundo por Dios, y (...) rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin entusiasmo”.
Otra carta reveladora es la que escribió sobre el acto de recepción del Nobel de la paz en Oslo en 1979. “Hablé como si todo mi corazón estuviera lleno de amor hacia Dios, amor tierno y personal”, escribió a un asesor. “Si estuviera (allí), usted habría dicho, «Qué hipocresía»”.
Cercanos a la Madre Teresa dijeron que ella superó el “vacío” y las “dudas” y siguió llevando el mensaje de Dios y ofreciendo amor y ayuda a los pobres hasta su muerte, a los 87 años.
“Todas las personas en algún punto de su vida han sentido algún tipo de vacío, oscuridad y desesperanza, que es el lado más oscuro de esa persona”, dijo Sircar.
“A pesar de todas las tentaciones, ellas las superó y fue una muestra de humildad el que compartiera su lado más débil con otros en sus cartas”, agregó.
La monja católica albanesa dedicó su vida a servir a los enfermos, pobres y los moribundos de la India, particularmente en Calcuta. Fue beatificada en el 2003 por Juan Pablo II, quien siempre exaltó sobradamente las virtudes heroicas de la religiosa, pero aún no ha sido canonizada por el Vaticano.
Veía a Dios por doquier. Los Misioneros de la Caridad en Calcuta, orden que fundó en 1950, declinaron ofrecer comentarios sobre las cartas o la fe de la madre Teresa.
Sin embargo, al recordar los últimos días de la monja, su médico, Tarun Kumar Praharaj, dijo que ella le contó que “veía a Dios en todas partes”.
“Ella me pedía ayudar a los pobres y me decía que estaba bien, cuando no lo estaba, y quería ayudar a un niño enfermo incluso desde su lecho de muerte”, dijo el cardiólogo.
enviar nota por e-mail
|
|
Fotos
|
|
Sola, ¿dónde está mi fe?”, se preguntaba la beata.
|
|
|