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domingo,
26 de
agosto de
2007 |
Agro: la oportunidad del valor agregado
Productores de EEUU explican cómo enfrentan la suba de costos de los insumos
Sandra Cicaré / La Capital
La producción agropecuaria con alto valor agregado ya no sólo es una opción sino una oportunidad. En una economía internacional atravesada por el aumento del precio del petróleo que impacta directamente en dos insumos clave del campo, como son los combustibles y los fertilizantes, trabajar productos de nicho permite “preservar el lucro”. Así lo resumió Marshall Martin, del Departamento de Economía de la Universidad de Purdue (Estados Unidos), que explicó la estrategia que muchos productores de su país están encarando para enfrentar un escenario de costos en aumento.
Marshall explicó que en Estados Unidos se trabaja bajo la fórmula de explotación integrada o parque agrícola, un sistema en el cual se pueden procesar commodities y utilizar eficazmente los residuos de una fábrica que produce etanol en un feedlot, como por ejemplo utilizar el vapor para la calefacción o el agua de enfriar de la industria para la producción hidropónica de verduras o acuicultura. “Para el productor hacer valor agregado significa entrar en la cadena de valor”, dijo Marshall.
Pero para acercar y cotejar lo que ocurre en el país del norte con el resto de los países productores agrícolas, el especialista expuso un caso testigo basada en la experiencia de manejo de la explotación familiar de Christy Welch Stair —productora agropecuaria de Lafayette, Indiana (EEUU)— y master en economía agraria, de la Universidad de Purdue que junto a su maestro dio los detalles de cómo tomaron el camino del valor agregado para mantener la rentabilidad de la explotación.
Al respecto, Welch Stair explicó que en el campo del centro oeste de Indiana encararon una explotación mixta con miras a despuntar valor agregado. Para eso siembran maíz con almidón especial, que comercializan a una fábrica de Inglaterra; soja con bajo contenido de ácido linoleico (reduccida en colesterol), y producen cerdos (un segundo escalón en la producción maicera) como fórmula para “contrarrestar el impacto negativo del aumento de los costos”.
La joven productora agropecuaria explicó que el aumento de los precios de combustibles y fertilizantes (un 60% en la última campaña) es uno de los principales problemas que enfrenta actualmente en su producción, a lo que se suma además un incremento de los costos de la tierra, producto de un boom inversor urbano que está comprando extensiones no para uso productivo sino residencial.
De este modo, “los precios se dispararon y hoy la hectárea está valuada en unos 10 mil dólares e incluso hay lugares donde se pagan hasta 20 mil dólares”, relató.
Por otra parte, el aumento del combustible se siente por partida doble ya que por la bajas temperaturas invernales los criaderos de cerdos deben ser calefaccionados en base a GLP y con el aumento de los precios del combustible la situación se complica año a año. Por el boom del precio de los commodities los productores también enfrentan un incremento en el costo del arrendamiento.
Y aunque la estrategia de esta producción tiene como horizonte reducir las incertidumbre y por tanto apuestan a los especialities, también echan mano de salidas de corto plazo como: compra anticipada de diesel en épocas fuera de cosecha y labranza menos intensiva para reducir el uso de la maquinaria.
Al respecto Marshall fue categórico: “Es necesario aprovechar los recursos disponibles basándose en una estrategia planificada, aumentando la competitividad a través del aumento de la productividad y la calidad y la diferenciación”.
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