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jueves,
02 de
agosto de
2007 |
La metamorfosis partidaria
Hoy en día estamos perdidos en una pluralidad de opciones, en un hipermercado de estrategias, planes y propuestas políticas que no nos permiten realizar el acto personal y colectivo del análisis crítico. En esta democracia que restringe cada vez más los espacios de diálogo, podemos observar la metamorfosis de uno de sus pilares: los partidos políticos. La transición del partidismo al personalismo no es algo nuevo; sin embargo, en este año electoral comprobamos una acentuación de este hecho en las figuras políticas más reconocidas. Ellos desarrollan sus carreras en detrimento de la institución a la que pertenecen y los ideales de las mismas. Su búsqueda de poder deja de lado la militancia en la cual se embanderan. Esta metamorfosis constante construye un nuevo ser político, que atravesado por cuanto ideal se le ocurra se "vende" a través de los medios como un sex symbol de la política, descuidando su verdadero fin: el desarrollo y bienestar de sus conciudadanos. Provocando un mayor descreimiento y apatía. El cambio no responde a una mejora en la manera de representar al pueblo, sino la mera búsqueda del poder.
María Imelda Duffard
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