Terapias

Técnicas que alivian el estrés

El estrés y la ansiedad son plagas de la vida moderna y están emparentados desde lo sintomático. Esto significa que comparten muchas vías de comunicación neuronal y somáticas. El estrés laboral, el postraumático, el burn out, el mobbing, las crisis de pánico, las fobias sociales, la fobia específica y todos los trastornos de ansiedad en general comparten un correlato neurobiológico más o menos inteligible.

Desde la psiquiatría tradicional, apoyada actualmente en la medicina basada en la evidencia, se utiliza recursos farmacológicos para tratar estos padecimientos, ansiolíticos, inhibidores de la recaptación de serotonina, noradrenalina o dopamina, los duales, es decir, los que inhiben varias recaptaciones de neurotransmisores (todos mal llamados antidepresivos pues son aplicables a varias patologías), y otra cantidad similar de fármacos que actúan sobre los neurotransmisores o sobre elementos más esenciales como por ejemplo el ADN. Junto a aquellos, la OMS (Organización Mundial de la Salud) preconiza la utilización combinada de la farmacoterapia junto a la psicoterapia (al menos algún tipo de ella) para asegurar un beneficio que ronda casi en un 80 % de eficacia.

También es importante encontrar un apoyo a lo que asegura la ciencia. Se trata de técnicas ancestrales que han demostrado beneficios a la hora de equilibrar la salud como la relajación y la meditación. También se puede recurrir a lograr estados que se alcanzan a través de técnicas sencillas de inducción autoaplicadas como el método de Schultz, la autohipnosis, el yoga o aquellas orientadas por un especialista como la hipnosis médica o la relajación guiada. Todas estas técnicas son seguras y se pueden practicar sin suspender los tratamientos médicos. Los beneficios son muchos y no insumen más que un rato de tiempo. La relajación guiada es una técnica antigua con una inducción breve que reconforta casi de inmediato. Con esta práctica se puede llegar a estados aún más profundos de concentración que permitan resolver cuestiones internas afectivas y emocionales, como también aprender a llevar padecimientos físicos y tratar, incluso, de mejorarlos.

Otra técnica complementaria es la reflexología (disciplina basada en el masaje y digitopresión puntual de determinadas áreas del cuerpo, en especial de los pies donde está representado a todo el organismo) que favorece la relajación, reduce el estrés e incrementa la circulación nerviosa, sanguínea y energética. Además propicia cambios en las áreas emocional y psíquica. Por eso es un excelente complemento para terapias médicas y psicológicas obteniendo buenos resultados en caso de depresión, insomnio, ansiedad, trastornos digestivos, renales, respiratorios, hipertensión arterial, diabetes, cefaleas, problemas de columna, musculares y articulares.

El masaje y la dígitopresión en las áreas reflejas de los pies correspondientes al cerebro, al plexo solar y la región muscular del cuello, junto a una música relajante y la energía que trasmite el reflexólogo hacia los centros energéticos secundarios ubicados en las plantas de los pies, profundiza la relajación generando la liberación de endorfinas y activando los propios mecanismos de autocuración.

La aplicación de diferentes técnicas convencionales y no convencionales y el trabajo interdisciplinario, en particular desde el paradigma holístico (del griego holos, totalidad) que considera al ser humano como un ente biológico, psicológico, energético y espiritual en interrelación con su medio sociocultural y ambiental, permiten abordar diferentes problemáticas relacionadas con los desequilibrios ocasionados por el estrés y la ansiedad de la vida cotidiana.



Abel Minacore

Médico psiquiatra

Juan Marcelo Encalada

Reflexólogo

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