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 domingo, 22 de julio de 2007  
Mercados
Geografía de la inversión: las tasas al 10 por ciento amenazan a las acciones
El BCRA sube rendimientos de corto plazo para evitar fondos especulativos

Salvador Di Stéfano

La tasa de retorno de los bonos en dólares argentinos a 10 años de plazo se ubica en el 9,4% anual. Un bono de menos plazo ubicaría la tasa por encima del 10% anual. El préstamo entre entidades de primera línea se ubica en el 10% anual. Un plazo fijo por un monto muy importante puede conseguir una tasa del 10% anual. La tasa de las Letras del Banco Central a un año de plazo rinden el 10,2% anual. La de corto plazo que regula el mercado de pases entre el BCRA y el mercado financiero subió al 7,75% anual. Todos estos indicios nos muestran una estrategia del ente rector para enfrentar la volatilidad de corto plazo.

El Central pretende subir los rendimientos de corto plazo y mantener bajos los rendimientos de largo plazo. Por ello paga el 7,75% a uno o siete días, y el 10,22% a un año de plazo. De esta forma pretende desalentar colocaciones de largo plazo, y alentar colocaciones de corto plazo. Así, se trata de no invitar el ingreso de especuladores del exterior, que de hacerlo deberían inmovilizar una parte de sus ingresos si es que desean cumplir con las normas vigentes.



Contra la especulación

La autoridad monetaria esta llevando una estrategia vigilante sobre el ingreso de dinero especulativo. Para ello sube los tipos de interés de corto plazo, mantiene bajo los de largo plazo y logra el objetivo. Sin embargo , hay que decir que la tasa de largo plazo es la que mide el costo de oportunidad a la hora de llevar adelante negocios en una economía. Por eso, cuanto más suban los tipos de interés, menos atractivo resulta realizar inversiones. Cuanto más bajen los tipos de interés, más interesante resultará realizar inversiones.

En la actualidad un bono de largo plazo en dólares muestra un rendimiento del 9,4% anual, mientras que un bono de igual plazo en pesos muestra el equivalente a inflación más 5% adicionales. Si pensamos que la inflación oficial estaría en torno del 9% anual y le sumamos los 5 puntos adicionales tendremos una tasa de retorno del 14% anual, que se erige como el costo de oportunidad para las inversiones en pesos.

Con rendimientos tan atractivos y un escenario económico de crisis energética e inflación reprimida, luce algo difícil poder arriesgarse a realizar inversiones sin que medie la posibilidad de que el resultado iguale a la tasa esperada por la inversión en títulos en donde sólo se realiza una operación financiera sin riesgo alguno.



Termómetro de inversión

Si bien muchos imaginaran que hay riesgo ya que en algún momento el país entró en cesación de pagos y lo que era una inversión segura se transformó en una tragedia, permítanme utilizar la tasa de retorno de los bonos como un termómetro o unidad de medida para las inversiones reales que llevan adelante las empresas.

Tomando los rendimientos de los bonos en dólares una inversión en la economía real, deberíamos recuperarla en un período de 10 años. Si la medición al realizamos en pesos el recupero debería ser en 6 años.

Con estas variables en la mano, deberíamos decir que si compramos acciones deberíamos estar pidiendo una relación precio de las empresas utilidades esperadas no mayor a 6 o 10 años.



Los problemas

Las empresas cotizantes hoy enfrentan tres problemas significativos:

  • La competencia de la tasa de interés alta que no invita a que la empresa invierta y que los inversores ven como un mayor atractivo que a la renta variable como son las acciones.

  • La inflación en el país amenaza con licuar las inversiones en pesos y por otro lado le quitan rentabilidad a las compañías, que ven como sus resultados son cada vez más bajos.

  • La crisis energética ya demostró en el mercado que las empresas podrían desacelerar su marcha. No es un tema menor para un momento en donde las rentabilidades se hacen cada vez más bajas.

    Si a esto le sumamos el escenario preelectoral, tenemos un contexto financiero que beneficia a la colocaciones en tasa de interés en detrimento de la inversión en acciones. Con las elecciones no pasará nada, el mercado ajustará a la baja y será una buena oportunidad de compra, ya que pasado el 28 de octubre pocas cosas cambiarán en el modelo económico.

    La vida da sorpresas, por eso Molinos en el año duplicó su valor, a pesar del contexto negativo en que se encuentra. Aparentemente algunos analistas dicen que tiene tras de sí un proyecto muy importante de biocombustibles, otros hablan de su probable venta. En Gas Ban ocurre algo similar, en la última semana tuvo un fuerte aumento, sino no se sabe si es porque cambiará de manos o porque le mejorarían la tarifas. En una caso u otro estamos inmersos en un mercado con muchas sorpresas, aunque igual prefiero cerrar un negocio de tasa fija.
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