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domingo,
15 de
julio de
2007 |
[Nota de tapa] - Rosario, esa ciudad
Postales y noticias de ayer
La Editorial Municipal publica una selección de las fotografías de los hermanos Pusso sobre el Rosario antiguo. un documento excepcional
Osvaldo Aguirre / La Capital
Reconocimiento y extrañeza. Las fotografías de los hermanos Santiago y Vicente Pusso provocan ese efecto ambiguo, incluso inquietante. Tomadas entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, documentaron las sucesos excepcionales y las grandes obras que marcaron el ritmo de la transformación de Rosario en una de las principales urbes del continente. Es la misma ciudad del presente, hay edificios que están allí y se mantienen hoy en pie. Pero el entorno no puede ser más diferente: entonces no existía el Monumento a la Bandera, el Cementerio El Salvador estaba en las afueras y todavía había que recorrer unos kilómetros para llegar a Pueblo Alberdi.
“Rosario entre dos siglos (1890-1910)”, libro publicado por la Editorial Municipal de Rosario, reúne cincuenta fotografías de los hermanos Pusso. En 2004 se expusieron por primera vez en ocasión del Congreso de la Lengua y a partir del mes pasado se exhiben en forma permanente en el edificio de la Aduana. La colección, donada por los descendientes, reúne unas 1.700 imágenes en formatos y soportes diversos y se encuentra en el Archivo Fotográfico de la Escuela de Museología de Rosario.
Carlos Raggi, Carmen Delgado y Eduardo Quintili, de la Escuela de Museología, preseleccionaron unas 300 imágenes entre ese material, mientras que Luis Príamo, especialista en fotografía antigua, se encargó de la selección final que dio lugar a la muestra y al libro.
“Uno va privilegiando por la calidad de la imagen y la importancia y la variedad temática —explica Príamo, a propósito de los criterios de selección—. Hay muchas fotografías del puerto en el archivo de los Pusso, porque el puerto era en Rosario un atractivo fotográfico importante. Pero hay que hacer un equilibro”.
El bajo, una goleta por el Paraná, el muelle de Aarón Castellanos y el movimiento de los pescadores, entre otras vistas, dan cuenta en el libro de la Editorial Municipal de ese interés de los Pusso por el puerto. La imagen central, en este sentido, señala un acontecimiento histórico: la colocación de la piedra fundamental del puerto moderno, en 1902, con la presencia del presidente Julio A. Roca.
Como fotógrafos aficionados y pioneros en su campo, los Pusso remiten a un fenómeno de época. “Los fotógrafos aficionados de fines del siglo XIX eran en general hombres cultos, de profesiones liberales o gente muy acomodada. Por ejemplo, en Buenos Aires, entre los fundadores del primer Foto Club que hubo en el país, la Sociedad Fotográfica Argentina de Aficionados, había algunos hacendados como Paco Ayerza y Leonardo Pereyra”. dice Príamo.
Los aficionados “hacían fotografía familiar y fotografía de los eventos y de las obras importantes; también se guiaban por los álbumes de la época para seleccionar sus temas”. Entre las imágenes de los Pusso se encuentra precisamente la de un fotógrafo itinerante, en el momento de su trabajo. Según indica Príamo, “se los llamaba minuteros, porque hacían la fotografía al minuto: retratos tomados con fondos improvisados, en la calle. En el siglo XIX lo que había era fotografos que entregaban no copias en papel sino ferrotipos, el daguerrotipo pobre, digamos, sobre un soporte de lata, emulsionado con colodión y expuesto, pintado de negro debajo. El ferrotipo daba una imagen amarronada, de escaso brillo. Eran chapitas que se vendían enmarcadas en cartones, como si fueran postales”.
Con fines didácticos
Las actividades de los hermanos Pusso fueron múltiples, desde el ámbito industrial a la Logia Unión y de la militancia política a las mensuras del trazado urbano de Rosario (en el caso de Vicente). “Además Vicente fue profesor en el Colegio Nacional —subraya Príamo—. Ellos utilizan la fotografía como apoyo didáctico. No sólo para la historia de la propia ciudad: en el archivo hay reproducciones de las primeras fotografías de Rosario, tomadas por George Alfeld. No sólo sacan fotos ellos mismos sino que reproducen fotos del antiguo Rosario, lo cual indica que se apoyaban en la fotografía también para dar una noción a sus alumnos del desarrollo de su ciudad. Es algo singular en el perfil de estos aficionados”.
En la época el uso de diapositivas comenzaba a difundirse en las escuelas. “Se importaban series sobre temas diversas. Si bien eso se utilizaba sistemáticamente, en el caso de los Pusso es evidente que ellos mismos como fotógrafos crearon y reprodujeron material y armaron sus diapositivas. Hay diapositivas de cuadros, por ejemplo, reproducciones de arte. Ahí habría un campo interesante de investigación”, agrega Príamo.
El ocio y las diversiones quedan registrados en imágenes del carnaval, un paseo por el río, una romería, los miembros del Velox Club. Pero los motivos más insistentes refieren al comercio, los edificios y lugares importantes (la antigua “esquina de los bancos”, por ejemplo) y las empresas y los mercados de la ciudad fenicia.
Las fotografías de los Pusso también retratan los grandes sucesos de la época. Un mitín político del Partido Autonomista Nacional, las inauguraciones del Parque Independencia y del hipódromo y la cobertura de la revolución radical de 1893, dirigida en Rosario por Lisandro de la Torre, muestran una inquietud periodística. En particular en el último hecho, del que la recopilación ofrece dos registros: el edificio de la Jefatura Política con las huellas de la metralla recibida en su frente y la multitud reunida en el Cementerio El Salvador, después de los combates. “Esa cobertura fue excepcional, por su carácter reporteril —apunta Priamo—. Era sacar fotografías en caliente. La foto que tomaron de la Jefatura Política es de reportaje moderno”.
Otra imagen, “Día de elecciones”, ilustró una denuncia que Vicente Pusso publicó en el diario La Prensa. “Probó que había habido fraude en Rosario, porque los radicales perdieron las elecciones a pesar de que tenían más votantes, como mostraba su fotografía”. En otros casos, el testimonio resultaba involuntario: en “Cigarrería Testoni y Chiesa” se observa que había niños trabajando en ese importante establecimiento de Rosario.
La fotografía es muda, pero el legado de los Pusso dice mucho sobre Rosario y un período central en su historia. Según Príamo, “en este sentido la fotografía es un documento extraordinario y muy elocuente de lo que significó el desarrollo urbano, en pequeñas ciudades que en el transcurso de pocos años se convirtieron en grandes urbes”. Estas imágenes interpelan a quien las observa.
O. A.
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Fotos
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El antiguo mercado central, en San Juan y San Martín, hacia 1905.
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