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domingo,
15 de
julio de
2007 |
“No molestar”
A pesar de provenir de una formación neonatológica “intervencionista”, o quizás por esa razón y por la práctica de recepción clásica del recién nacido, los últimos años me han acercado a una visión más crítica acerca de las conductas médicas que se realizan en el parto, no sólo con las mamás sino también con sus bebés. La presencia del neonatólogo en la sala de partos, que curiosamente se pone en práctica simultáneamente con la presencia del papá en dicha sala, es un hecho indiscutible que llega luego de una larga lucha por optimizar la recepción del recién nacido. Sin embargo, el rol y la conducta de “un médico más” en un evento natural y normal es lo que debiera ser motivo de discusión, y de hecho lo es, en los foros de la perinatología moderna. He mencionado el parto como un evento natural y las rutinas deberían reservarse para los nacimientos patológicos donde el equipo de salud debe actuar en forma eficiente. Para eso son las rutinas y las prácticas. Pero la mayoría de los partos son normales y los médicos deberíamos entender que el niño recién nacido todavía mantiene sus conductas y necesidades fetales. Esto implica calor materno, penumbra, silencio, humedad y un cartelito que diga “no molestar, estoy con mi mamá”.
Guillermo Ingrassia
Médico neonatólogo
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