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domingo,
27 de
mayo de
2007 |
EEUU
Despertar en Ooskosh
En la Convención en Vuelo más grande del mundo intervienen más de quinientas aeronaves por día
Todo amante de la aviación tiene un mismo sueño: despertar en Oshkosh al menos una vez en la vida. Mi caso, no fue una excepción y desde muy chico soñaba con ello, sólo basta una férrea voluntad y organización para llevarlo a cabo. Comencemos entonces, ubicándonos geográficamente, Oshkosh, es una pequeña ciudad de algo más de 50.000 habitantes, ubicada en el Estado de Wisconsin, a tan solo cuatro horas en auto, al norte de la muy americana ciudad de Chicago.
En ella se lleva a cabo, desde hace ya varias décadas la Convención en Vuelo más grande del mundo, organizada por la Experimental Aircraft Association (EAA) Asociación de Aviones Experimentales, entidad fundada en 1953 por un grupo de entusiastas aeronáuticos de Milwaukee, que estaban interesados en la construcción de sus propios aeroplanos. Con el transcurso del tiempo, la organización amplió su misión para incluir aviones antiguos, clásicos, de la segunda guerra mundial, acrobáticos, ultralivianos, helicópteros, llegando a los actuales aviones modernos que la industria y la tecnología nos ofrece.
Para interpretar con exactitud la dimensión de esta feria aeronáutica, la mayor en su tipo, no sólo en términos aeronáuticos, sino también en términos de feria, basta con deslizar sólo estos números: año tras año y durante su extensión que es de siete días, se hacen presentes 1.000.000 personas, se congregan tan sólo 10.000 aviones de todo tipo en una superficie que abarca 120 hectáreas, con la participación de visitantes extranjeros de más de 40 países.
Amantes de la aviación
Cabe aclarar que no es necesario ser propietario de un avión, o tener la intención de construír uno, para participar, sólo basta ser un amante de la aviación dado que en Oshkosh, sea cual fuere la pasión de cada uno en este ámbito, les garantizo que sus expectativas quedarán ampliamente cubiertas. Como conductor de grupos en varias oportunidades, sugiero siempre dos opciones de alojamiento, la primera de ellas, sin dudas la más americana, es con motor home utilizando el camping ubicado en el mismo predio ferial, o bien la combinación de hoteles más auto por una semana en localidades cercanas, como Green Bay, Green Lake o Appletton.
Toda la historia aeronáutica, toma vida en este evento, enfrentándose uno al contraste de la aviación histórica y actual. Los trabajos de restauración de aviones que pertenecieron a los años 30, 40, 50, llegando hasta los actuales, merecen un capítulo destacado. Poder ascender a un B-17, un B-24 de la Segunda Guerra Mundial, e inclusive efectuar un vuelo imaginando lo que sentían aquellos pilotos que los volaron en tiempos de guerra es una sensación sumamente emocionante y nostálgica, conocer el interior de un Super Constellation, y percibir el glamour que rodeaba en los 50, volar en estos lujosísimos aviones comerciales golpea fuertemente los sentidos.
Alrededor de 8.000 son los aviones que participan con sus propios dueños como visitantes, conformando una postal muy simpática al observarlos a todos ellos en sus carpas junto a sus aviones en el mayor estacionamiento de aviones jamás conocido.
Recorrer las diferentes atracciones es sumamente fácil, en virtud de la excelente organización dispuesta, con carteles indicadores, mapas, folletería para visitantes y medios de transportes gratuitos. Por supuesto también la zona de tiendas en donde uno puede comprar cualquier tipo de souvenir, repuestos aeronáuticos, desde los más elementales hasta los más sofisticados y modernos, y por supuesto con la opción de comprar el avión que cada uno soñó tener.
La exhibición estática de los diferentes modelos permite descubrir en profundidad las características y detalles de cada máquina, en muchos casos charlando con sus propietarios o fabricantes, mientras que la exhibición aérea que se desarrolla todas las tardes amerita sentarse cómodamente, máquina fotográfica y filmadora en mano, y por que no hot dog y gaseosa también.
Estos desfiles aéreos en los que participan más de 500 aeronaves por día, cifra imposible de ver en ningún otro sitio, abarcan diferentes temáticas, tales como acrobacias individuales, escuadrillas acrobáticas, combates aéreos de cazas o simulacros de bombardeos con aviones de la Segunda Guerra. De nuevo en tierra y durante todo el día encontraremos diferentes atracciones, ya sea en el fabuloso museo que la EAA, dispone en forma permanente, o bien acercándonos a la próxima base de hidroaviones donde podemos disfrutar de un vuelo despegando y aterrizando en un lago.
Jorge López De Vita
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Fotos
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Un millón de personas se juntan año tras año para disfrutar del festival aeronáutico, único en su tipo, del que participan visitantes extranjeros de 40 países.
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