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 domingo, 27 de mayo de 2007  
El piquete universitario

Muy ofendido, el canciller Jorge Taiana, en representación de todo el gobierno argentino, ha protestado ante el embajador de los Estados Unidos porque el Departamento de Estado de ese país recomendó a sus ciudadanos, y eventualmente turistas en Argentina, tener cuidado con los robos, los accidentes mortales de tránsito, los piquetes y otros males que podrían afligir a los visitantes norteamericanos y que, de hecho, afligen a gran parte del pueblo argentino. Podría decirse que al gobierno argentino lo enoja que se diga la verdad, sin que por ello, claro está, deje de reconocerse que también los países del primer mundo tienen lo suyo aunque, lo cierto sea dicho, no en el marco de este desorden nacional y menos aún con la indiferencia, desinterés e impertérrita actitud con que las autoridades locales tratan ciertos temas. Este progresismo criollo es muy particular, porque en mucho se parece a ese liberalismo frío que acuñó la célebre frase: “Laisser faire, laisser passer” (“Dejad hacer, dejad pasar”). Dígase, de paso, que este gobierno nacional es también en ciertos aspectos bien peronista en algunas cuestiones, porque en los papers es una cosa y en los hechos otra. Amaga por la izquierda, pero al mejor estilo Garrincha, sale por la derecha o viceversa. Y como Perón con monseñor Tato, Kirchner enfrentado con Bergoglio, porque también como a Perón al actual presidente poco y nada le gusta que le reflejen actitudes que desnudan una realidad que desde el oficialismo se quiere tapar con el velo del dibujo o del discurso. Para tranquilidad de todos, dígase que las Fuerzas Armadas no tienen balas y que los Mirage se vienen abajo. Los buques de la Armada se incendian y, por ello y porque el pueblo no quiere más locuras, ningún trasnochado, aunque quisiera, podría aventurarse a locos emprendimientos “reivindicatorios del orden y la “libertad” y repetir un septiembre de 1955 o un marzo de 1976. Esta es una de las diferencias —¡gracias a Dios!— con el pasado.

Pero muchas otras cosas son iguales, en el gobierno y en la oposición, porque aun cuando los pelos no se ven que gorilas hay, los hay. Y como en aquella víspera de primavera del 55, hoy a veces también el agua se junta con el aceite y se reflotan disimuladas uniones democráticas. Esta es la Argentina.

Piquete intelectual. Pero este prólogo es al margen y sólo tomamos de él lo referido al piquete, nueva forma de protesta que se ha instalado en este país desordenado por donde se lo mire, en donde una pléyade de macaneros pone en acción sutiles y no tan sutiles técnicas de seducción para persuadir y conquistar al ser humano común y no tan común. Como dice Gilles Lipovetsky en su obra “La era del vacío”: “La obra del espectáculo consistía en transformar lo real en representación falsa”. No vamos a agobiar al lector enumerando de qué modo y cuantas veces lo real se falsea en todas partes. Lo cierto es que el piquete está de moda. Esta protesta, que como tal es aceptable, pero en sus modos muchas veces intolerable, ha llegado al claustro universitario, es decir se ha instalado en algunos corazones de intelectuales cuya misión es nada menos que formar (¡!)

El papelón mayor, en este aspecto, y que tan mal parado dejó al país, se produjo en la elección de rector de la Universidad de Buenos Aires. Y hace pocas horas, en la misma ciudad, nuevamente el piquete intelectual se puso en marcha y esta vez fue para impedir que se eligieran los rectores de varios colegios. Esta situación marca no sólo un presente absolutamente dislocado, sino un futuro preocupante, porque si esto ocurre en los lugares de formación de líderes que, se supone, serán los encargados de conducir a la sociedad argentina mañana, poco es lo que se podrá esperar si se aplican y se permiten semejantes formas tiránicas y violentas en los claustros. De palabra... democracia.

¿Y por casa? Pero el piquete universitario llegó también a Rosario. Y ya se conocen las medidas adoptadas para condicionar la elección de decanos en muchas facultades. “Mediante el piquete —dice un docente— se dilató la elección en determinadas casas de estudios hasta que los números dieran a los piqueteros o sus amigos”.

El hecho es que el piquete también se usó para impedir la elección del rector de la Universidad Nacional de Rosario, hace unos días atrás, lo que derivó en el aplazamiento del acto eleccionario. ¿Qué buscó este piquete según algunos? Veamos lo que expresa un docente radical, no perteneciente al Frente Progresista y se pueden sacar algunas conclusiones: “Evidentemente para el socialismo popular, y para Binner en particular, no es lo mismo ir a las elecciones generales después de haber perdido las elecciones en la Universidad. Hoy, si hubiera una elección gana Darío Maiorana (enfrentado a la coalición universitaria liderada por el socialismo) y eso no lo pueden asumir. Por eso el piquete ha sido funcional a las necesidades del socialismo y se ha prorrogado la elección para el 5 de junio”. La misma fuente afirma que desde los grupos de izquierda se está auxiliando al socialismo en esta instancia, impidiendo que se haga la asamblea universitaria hasta tanto los números cierren.

¿Y mientras tanto? “Mientras tanto —dice otro docente— el socialismo y sus aliados tratan de persuadir a docentes, en duda de su voto, vinculados directa o indirectamente a la Municipalidad. Además, procuran conquistar a electores que acompañan a Maiorana ofreciendo hasta puestos en la provincia si son gobierno”.

Cuesta creer que esto sea así (aunque de nada puede extrañarse el lector en este tiempo y espacio nacional). Y así fuera en efecto, entonces las esperanzas de toda una sociedad que anhela ser conducida por ilustrados y formados en moldes transparentes e inmaculados seguirán por el piso, y esos “buenos tiempos” que se esperan y se promocionan serán no más que una ilusión en el pueblo y una mera frase bonita en boca de algunos dirigentes o pobres letras de algunos afiches. Pero claro... Esto, a no olvidarlo, es Argentina. De todos modos parece que los intentos de conquistas y persuasiones, por parte del socialismo hasta el momento, si los hay, no han dado resultado.

Por otra parte, los estudiantes procuran hoy que se garantice el cambio de los estatutos. ¿Pero el propósito es que se modifiquen antes de la elección y con el objeto de tener más representantes al momento de votar? Si fuera así esto es no sólo irregular en todos los planos, sino aparecería como una burda maniobra política impulsada desde las sombras que llenará de desprestigio a la Universidad rosarina. “Los actuales estatutos —sostienen algunos sectores independientes— fueron dictados en el marco de la democracia y cambiarlos en víspera de una elección sería lo mismo que el gobierno provincial, hoy, por la fuerza, pusiera la Ley de Lemas para asegurarse la victoria”. Es razonable el planteo.

Una de las razones por las cuales Maiorana, de extracción humanista, parece tener más consenso y es hasta el momento el ganador en la UNR, es que ha sabido comprender que los pensamientos y necesidades, en virtud de las propias raigambres de las profesiones, no son iguales. No es lo mismo ingeniería que letras, por eso lleva como propuesta hacer participar en el gobierno de la universidad a las diversas ramas del conocimiento.

Por último dígase que la asamblea está citada, como se sabe, para el 5 de junio. De no poder realizarse en el primer llamado, a causa de algún piquete intelectual, la reunión se hará en la Facultad de Veterinaria de la ciudad de Casilda. Tratar de impedir que se realice en esa casa de estudios sería un acto lamentable de discriminación y además un claro propósito de impedir la asamblea con fines políticos lamentables. A menos claro, que como sostienen algunos, “no quieren ir a Veterinaria para no ensuciarse los pantalones ni mancharse las corbatas”.


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