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domingo,
27 de
mayo de
2007 |
Raphael deslumbró a sus fans con
su clásico ritual de histrionismo
El cantante dio un show de dos horas y media en el cual cantó sus nuevos temas
Rodolfo Bella / Escenario
Raphael regresó a Rosario y renovó un romance con su público que se extiende a lo largo de cuatro décadas. Con el ritual intacto, el cantante levantó de sus asientos a los cientos de fans que llenaron el teatro Broadway, en un show que tuvo como soporte su voz, también intacta, un pianista atento a los requerimientos dramáticos del cantante y un recorrido por los temas de su disco "Cerca de ti", que además incluyó los clásicos de su carrera.
El cantante disfrutó y jugó todo el tiempo con su categoría de divo mimado, pero tuvo la inteligencia de tomarse en broma a sí mismo. Ello, sin embargo, no le hizo perder eficiencia en la puesta en escena de los tics y las inflexiones vocales que le dieron fama internacional y que proyectaron su figura a la categoría de leyenda. De esa decisión pudieron disfrutar no sólo los incondicionales, sino una nueva generación que heredó de sus padres el gusto por los arrebatos de pasión escénica que Raphael despliega con generosidad y humor.
El repertorio está marcado por algunas melodías más pausadas. Así ocurre en en "E-mails", en la cual se ríe de una época en que las cartas de amor perfumadas fue reemplazada por la letra impersonal del correo electrónico. También hubo momentos de introspección, como lo demuestra con el tema "Frente al espejo", la puesta en escena más impactante del show y cuyo momento culminante llega cuando un taburete se estrella contra un cristal.
El intérprete dosificó con gracia los climas y se dejó acariciar por el afecto de su público a lo largo de las más de treinta canciones y casi dos horas y media de show. Así fue puesto de manifiesto por las gentilezas que recibió tanto de hombres como de mujeres de la platea y que le agradecieron con fervor "existir" y "venir a Rosario", al tiempo que algunos le declaraban abiertamente su amor y su incondicionalidad. También llamó la atención la presencia de un fan esgrimiendo con orgullo una vieja portada de un disco de vinilo del español.
Con una generosa sonrisa blanca y deslumbrante, recursos de clown y la improvisación de coreografías de comedia musical, Raphael logró entusiasmar y generar empatía con el público aun con los temas menos conocidos y las letras nada pretenciosas de unas canciones de amor que hoy son clásicos. También se dio el gusto de modificar las letras y las melodías de algunas canciones que funcionaron como acertados golpes de efecto y humor, montados sobre su legendario histrionismo.
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Fotos
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Raphael alternó drama y humor en un intenso show en el Broadway.
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