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viernes,
25 de
mayo de
2007 |
Mueren en Irak otros seis soldados de EEUU
Bagdad- El Ejército de Estados Unidos anunció hoy la muerte de seis de sus soldados en Irak, horas después de que el presidente George W. Bush augurara que se avecina un verano sangriento en el país asiático.
Cinco de los soldados fallecieron el jueves, mientras que otro murió el martes por la explosión de una bomba en una carretera de Tikrit, 175 kilómetros al norte de Bagdad, dijo el Ejército.
Abril fue el peor mes este año para el Ejército de Estados Unidos desde la invasión para derrocar a Saddam Hussein en el 2003, con 104 soldados muertos. En lo que va de mayo han muerto unos 90.
El número total de efectivos estadounidenses muertos desde la invasión se sitúa ahora en 3.440.
El Ejército de Estados Unidos ha desplegado miles de tropas adicionales alrededor de Bagdad y otras zonas en un último intento por evitar que Irak caiga en una guerra civil entre chiítas y sunitas.
La ofensiva pretende comprar tiempo para que el gobierno del primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, cumpla los objetivos políticos fijados por Washington, incluyendo una ley para compartir los ingresos del petróleo que pretende promover la reconciliación nacional.
Bush dijo en una rueda de prensa en Washington el jueves que preveía duros enfrentamientos en Irak en las semanas y meses por venir.
El mandatario afirmó que los insurgentes y los combatientes de Al Qaeda intentarían influir en el debate estadounidense sobre la guerra lanzando grandes atentados antes de que el general David Petraeus, comandante de las fuerzas de EEUU en Irak, le entregue un informe sobre la situación en septiembre.
“Podría ser un sangriento... podría ser un muy difícil agosto”, dijo Bush a periodistas.
Un sondeo de CBS News/New York Times mostró que el 76 por ciento de los estadounidenses piensa que la guerra está yendo mal para Estados Unidos.
Uno de los mayores críticos a la presencia de Estados Unidos en Irak, el influyente clérigo chiíta Moqtada al-Sadr, hizó su primera aparición pública desde el inicio de la ofensiva al asistir a las plegarias del viernes en la ciudad santa de Kufa.
El Ejército de Estados Unidos ha dicho que se al-Sadr se escondió en Irán para huír de la ofensiva. Los asesores del joven clérigo, que lideró dos levantamientos contra fuerzas estadounidenses en 2004, dicen que nunca se fue de Kufa.
La repentina reaparición de Sadr se produce en un momento crucial para la política iraquí. Seis ministros que responden al clérigo se fueron del gabinete de Maliki el mes pasado, cuando el primer ministro se rehusó a fijar un cronograma para la retirada de las tropas estadounidenses.
En tanto, desafiando el toque de queda semanal de los viernes en Bagdad, insurgentes detonaron bombas bajo un puente que comunica a dos distritos sunitas en el oeste de la capital, dijo la policía.
El puente no se derrumbó, pero quedó con serios daños. No hubo reportes de víctimas. (Reuters)
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