Opinión: Central es un bombón asesino

Luis Alberto Yorlano / especial para Ovación

Todo se presenta como el final de una historia. Pablo Scarabino, por mandato de la justicia ordinaria, recuperó la presidencia que había perdido por una etapa de licencia resuelta por los hoy suspendidos miembros titulares de la comisión directiva. Los hechos y las causas quedaron debidamente aclarados. Ahora comienza la etapa de replantear la grave situación en la que está inmersa la institución.

  A la gravedad institucional y económica, ahora viene la época de atender a la convocatoria, sumándole lo futbolístico, y esto es lo que más tiene que ver con la pasión, el sentimiento y con el origen del club.

  El retorno del presidente fue posible por un amigo, quien lo acercó a un excelente abogado, profesor universitario, que dolido por una maniobra y falta de pago por incumplimiento y falsificación para que Central pudiera destrabar la negociación con River, se presentaron a los tribunales ordinarios y posibilitaron la recuperación del cargo de Scarabino.

  Más allá de la segura influencia que tendrán en la renovada comisión, el amigo y el abogado renunciaron al pago. Otro, muy cercano a este proceso, se haría cargo del servicio de seguridad de la institución en todos los aspectos y se lo ofrecerían a uno de los abogados que ayudó y tendría participación en una empresa de ese rubro.

  En cuanto al fútbol, no se descarta la vuelta de José Pascutini, y con gestión de un alto ex funcionario del gobierno provincial se produciría el acercamiento de grupos inversores con el fin de fortalecer el plantel, para evitar las zonas de promoción y descenso y la reincorporación de un intermediario que estuvo durante la conducción técnica de Edgardo Bauza.

  Además, como las cosas no estaban fácil el día jueves, el patrocinante de Scarabino, a las cuatro de la tarde, dijo en tribunales “de aquí no me voy hasta que esto se resuelva”. Muchos de los jueces volvieron y a las 10 de la noche estaba la resolución.

  Y aquí está la frutilla del postre. Algunos de los que caminan diariamente por los pasillos de los tribunales, habrían comentado que Scarabino habría recibido algunas sugerencias del presidente de Newell’s, Eduardo López, para que el caso se resolviera a su favor. Otros, aunque Scarabino niega, dicen que Julio Grondona habría llamado a López y le habría dicho ”dale una mano”.

  Ahora hay que ponerse a trabajar. Claro que Central es un dulce, es un bombón, pero cuando no está bien manejado daña. Y los que buscan elecciones políticas, asambleas, aplausos y divertimentos en páginas web, dejen de usufructuar con el sentimiento de muchos hinchas en serio y colaboren para sacar al club de esta penosa situación.