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 domingo, 25 de febrero de 2007  
[Medios] Nómada, de la academia al quiosco
La imaginación en movimiento
La revista de la Universidad Nacional de San Martín apuesta a mostrar un "cóctel diferente" con reflexión de actualidad, ensayos y creación literaria

Osvaldo Aguirre / La Capital

De la argentina Crisis a la cubana Casa de las Américas; de la chilena Rocinante a la mexicana Plural: en esa gran tradición de las publicaciones culturales latinoamericanas, aquella donde se cruzan la reflexión política con la estética de vanguardia, aspira a situarse Nómada, revista bimestral que publica la Universidad Nacional de San Martín (Unsam). La entrevista, el ensayo literario, la creación y el análisis sociológico se articulan en sus páginas como una apuesta a la heterogeneidad “frente a lo uniforme, lo rígido”, según dice su director, el poeta Jorge Boccanera.

El primer número de Nómada apareció en octubre del año pasado, con un sumario que incluía, entre otros artículos, cartas desconocidas de Julio Cortázar, un ensayo del mexicano Carlos Monsiváis sobre Mae West, otro de Néstor García Canclini sobre Berni, “contrabandista de los márgenes”, y una entrevista a la periodista francesa Marie-Monique Robin; en el segundo, de diciembre, se destacaron la historia de Tarzán en la Argentina, relatada por Carlos María Domínguez, la relación de Perón con la inteligencia militar, pesquisada por Rogelio García Lupo, una muestra de “pinturas secretas” de Jacobo Fijman y un análisis de las cuestiones políticas anudadas en torno a la producción de la energía nuclear, a cargo de Diego Hurtado de Mendoza. Además, Nómada incluye una separata, El intérprete, cuyas primeras entregas estuvieron dedicadas a Héctor Germán Oesterheld y Delmira Agustini. Jorge Boccanera concedió esta entrevista mientras participaba en la Feria del Libro de La Habana..

—En el editorial del primer número se habla de “una época signada por la copia y el pastiche”. ¿Cómo se refleja ese diagnóstico en las publicaciones culturales?

—Que son tiempos de “calco” no hay duda. Basta abrir el diario y ver denuncias de plagio de escritores premiados y mediáticos. Yendo al periodismo, creo que una nota se apoya en un tema y sus asociaciones posibles. Y eso lo arma cada periodista con investigaciones a fondo, empujado siempre por la curiosidad. Bueno, algo falla cuando el periodismo es lineal, escrito por gente que parece haber abierto los ojos al mundo hace media hora. Así tenemos un periodismo del bostezo, del autor más vendido y el tema en boga. La idea de Nómada es tratar de gambetear lo previsible del periodismo de efemérides, con una propuesta abierta a los cruces culturales y a un cóctel por fuera tanto del canon cultural como de lo autorreferencial.

—¿Qué es lo que integra ese cóctel? ¿Buscan un determinado lector?

—Es posible que la heterogeneidad sea una marca de Nómada, frente a lo uniforme, lo rígido; con atención a lo latinoamericano y con corresponsales en diversas partes del mundo. Sale de alternar temas de arte, ciencia y tecnología, literatura y sociedad. Creo que la vida es eso, la mezcla. Te doy un ejemplo: hace días entrevistamos en Los Angeles, California, al médico argentino Jorge Lazareff, que trascendió por haber separado a unas siamesas guatemaltecas unidas por la cabeza. Y además de esa experiencia se refirió a otra de sus pasiones: la poesía, y a la interacción entre escritura y cirugía. Sobre el lector, pienso que a veces se lo subestima. Ahí están los ejercicios de rutina o los golpes bajos de los supuestos “ganchos” informativos. El cambio tiene que venir por varios lados, y también por el del esfuerzo. Parece un tema primario y quizá lo sea, pero no es banal. Estamos hablando de laburo. Pienso en intelectuales que nos precedieron como un Walsh o un Orgambide, para citar un par de ejemplos. Fuera del talento —que se descuenta— ¡cómo laburaban estos tipos! Pedro dirigió la revista Gaceta Literaria y escribía novelas, biografías, teatro, ensayo, testimonio, letras de canciones y guiones de radio y televisión. Volviendo a tu pregunta sobre el lector, Nómada pretende uno ávido, cuestionador.

—¿Qué implica el hecho de que sea la publicación de una universidad?

—Creo que Nómada rompe con la idea de que una publicación universitaria debe ser por fuerza académica y de puertas adentro. Ya desde el anuncio callejero se anuncia como “de la universidad al quiosco”. Te cuento que la Unsam adoptó como uno de sus lemas una frase de un poeta guatemalteco, Luis Cardoza y Aragón, que dice: “Con imaginación en movimiento, pongo en movimiento otra imaginación”; lo que habla de trasiego, intercambio, mudanzas de significado, diálogo de ideas que debería ser el espíritu de una casa de estudios. Hay que reconocer aquí la responsabilidad de apertura del rector, Carlos Ruta, quien sostiene que la universidad es el lugar de la exigencia del saberse y el pensarse. Ruta apoya decididamente instancias de este calibre. Otro punto a tener en cuenta es que ya hay un público estimable que gusta interiorizarse en temas de tecnología, es el que compra libros de ciencia, astronomía, matemática.

—¿Qué define el objeto de la revista y cómo quieren presentarlo?

—Volvemos a la heterogeneidad. Te diría que, como periodistas y escritores, tenemos nuestra propia colección de obsesiones y preguntas; tratamos de juntar fragmentos de la realidad y la ficción, y ponerlas sobre papel. Tal vez Nómada sea un puñado de caramelos surtidos, con la ilusión de dar varias revistas en una. Todo con un perfil gráfico que privilegia además lo plástico: la fotografía, la ilustración a color, la historieta. Te cuento que en un principio costaba trabajo pensar los temas con esta periodicidad de revista bimestral. Todo parecía tensado entre lo atemporal y los temas de coyuntura. Pero la cosa funcionó; hubo buena respuesta de lectores sobre temas que podríamos llamar densos, como los de actualidad. Conviven en Nómada notas de investigación científica junto a poemas, sesudos ensayos junto a mitos populares como el lobizón, las cartas inéditas de Cortázar junto al tema “papeleras”. No hablo de la Biblia y el calefón, sino de un cóctel diferente.


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